Uno de los puntos más importantes que tienen encima de la mesa los gobiernos de la Unión Europea es la descarbonización del sector de la automoción. El objetivo es reducir en un 90% las emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con el año 1990.
La ley de cambio climático, que entró en vigor en mayo de 2021, establece en materia de movilidad sin emisiones que se adoptarán medidas para alcanzar en 2050 un parque de turismos y vehículos comerciales ligeros sin emisiones directas de CO2. Los municipios de más de 50.000 habitantes y los territorios insulares adoptarán planes de movilidad urbana sostenible coherentes con los planes de calidad del aire. Se deberán, asimismo, establecer medidas de promoción de movilidad limpia, mediante restricciones de la circulación de turismos y furgonetas.
Una de las medidas para lograrlo es la supresión de los propulsores de combustión interna. De aquí a 13 años, en 2035, va a estar prohibido vender furgonetas y turismos nuevos con motores térmicos.
Plazos preocupantes
En España hay 24 millones de coches con este tipo de motorizaciones, con una media de antigüedad de 13,1 años. No va a ser fácil, por tanto, adaptar tan rápido esta nueva normativa. La vida útil de los coches es de entre entre 10 y 15 años, de modo que los últimos modelos de combustión que se vendan a finales de 2034 cumplirán su ciclo de vida en 2050. Es la fecha límite que la UE se ha fijado para ser neutra en carbono.
Se va a poder adquirir un coche de gasolina o diésel hasta el 31 de enero de 2034. Tras esa fecha, seguirán circulando y se podrán seguir haciendo operaciones de compraventa de segunda mano.
Algunos fabricantes ya han puesto fecha a los motores térmicos. Smart ya se despidió de ellos en 2020 y Abarth y DS lo harán en 2024. Detrás irán Jaguar (2025), Audi (2026) y Opel (2028), y un grupo nutrido esperará a 2030: Bentley, Cupra, Fiat, Ford, Mercedes, Mini, Peugeot, Renault y Volvo. Hyundai y Lexus retrasarán el salto a 2035. Los automóviles híbridos y enchufables también entran dentro de la misma inhabilitación en 2035 por contar con motores térmicos.
Se va a poder adquirir un coche de gasolina o diésel hasta el 31 de enero de 2034. Tras esa fecha, seguirán circulando y se podrán seguir haciendo operaciones de compraventa con modelos con este tipo de propulsores en el mercado de la segunda mano.
La Unión Europea, no obstante, disuadirá a los usuarios del uso de los vehículos de combustión prohibiendo la entrada a zonas de bajas emisiones en núcleos urbanos y subiendo el impuesto de circulación y los precios de los combustibles fósiles.