El agua es un factor de riesgo a la hora de conducir nuestros vehículos
El verano se acaba, y llega el otoño. Y con él, vienen las bajadas de temperaturas, mal tiempo y, por supuesto, la lluvia. Este último factor hace que cambie el agarre de nuestros neumáticos sobre el asfalto y debemos conocer como reaccionará nuestro coche a la hora de frenar.
Si hablamos de la distancia de frenada en concreto, tenemos que prestar atención a tres puntos básicos: La distancia de frenada, la distancia de reacción y, por último, la distancia de detención.
La distancia de frenada es, como su propio nombre indica, el trayecto que realiza el vehículo desde que pisamos el pedal de freno hasta que se detiene por completo.
La distancia de reacción, por su parte, es el tramo que se recorre desde que el conductor percibe un peligro en la calzada hasta que accione el pedal del freno. Normalmente, no es mayor de un segundo, pero es normal que las distracciones o que factores externos como la fatiga, o los efectos producidos por sustancias como alcohol y drogas hagan crecer ese intervalo de tiempo.
Por último, la distancia de detención es la suma de la distancia de frenada y la distancia de reacción. Es el total desde que se percibe el peligro y se acciona el pedal hasta que la frenada detiene el coche por completo.
Aumento de la distancia de detención con lluvia
Cuando la calzada está mojada, la distancia de detención crece exponencialmente. En concreto, hay que multiplicarlas por 1,5. Esto quiere decir que si para frenar por completo un coche que va a 120km/h necesitamos 144 metros, si el pavimento está mojado, necesitaremos 216 metros.
Así pues, cuando conducimos con lluvia conviene prevenir la disminución de adherencia. La Dirección General de Tráfico (DGT) lo explica de tal modo que si circulamos con unas gotas sobre la calzada a 60km/h, perderemos un 20% del agarre, si el suelo está mojado un 40% y si circulamos con lluvia intensa hasta un 50% en comparación con el asfalto en seco.
Por ello, conviene reducir la velocidad para circular de manera más segura. Además, debemos tener en cuenta otros factores como el peso del vehículo, el desgaste de nuestras gomas o el estado de amortiguadores y, sobre todo de los frenos, pues serán determinantes a la hora de querer parar nuestro vehículo con la carretera mojada.