Bosch Automotive Aftermarket acaba de lanzar al mercado su nuevo catálogo 2022 de sensores para la gestión del motor, tanto para turismos como para vehículos industriales. En el mismo, el profesional podrá encontrar obtener información sobre el amplio programa de Bosch de sensores para el taller y el comercio.
La variedad y el número de estos componentes ha aumentado de manera importante durante los últimos años. Así, hoy en día, los automóviles modernos de la clase compacta pueden equipar más de 50 sensores individuales y sistemas de sensores integrados, gran parte de los cuales se utilizan para la gestión del motor.
Los componentes recogidos en el nuevo catálogo de sensores de Bosch incluyen:
Sondas lambda. La sonda lambda mide el contenido de oxígeno en los gases de escape, lo que permite controlar si la composición de la mezcla de aire y combustible es la adecuada. En los modelos antiguos, la sonda lambda va montada delante del catalizador, mientras que en los modernos se utilizan dos sondas: una delante y otra detrás del catalizador.
Es importante que los talleres la revisen cada 30.000 kilómetros, ya que una sonda defectuosa aumentará el consumo de combustible, provocará daños en el catalizador e incumplirá la normativa de gases de escape, por lo que aparte de contaminar más, impedirá superar la inspección técnica (ITV).
Medidores de masa de aire. Los medidores de masa de aire miden el aire que entra en el motor, independientemente de su densidad y temperatura, lo que permite un óptimo equilibrio de combustible y aire en el motor del vehículo. En el caso de los motores diésel, la recirculación de los gases de escape también se regula con la ayuda de este componente.
Para asegurar la mayor precisión de medición posible, la característica curva del sensor es comprobada y compensada individualmente en cada ciclo de trabajo del motor antes de la combustión. Un medidor de masa de aire en mal estado o de mala calidad provocará incrementos de hasta un 20% en el consumo de combustible, así como pérdidas de potencia en el motor y un aumento de las emisiones contaminantes. Bosch asegura medidores con calidad de primer equipo y una alta fiabilidad.
Válvulas EGR. La válvula EGR (Exhaust Gas Recirculation) tiene como función principal el volver a introducir nuevamente gases de escape en la cámara de combustión, lo que sucede en ciertos regímenes de motor, ya que sino esta acción afectaría de manera negativa al funcionamiento óptimo del propulsor.
La recirculación de gases de escape combinados en la mezcla de combustible/aire reducen los óxidos nítricos, NOx, y aumentan la eficiencia total del proceso de combustión. Si la válvula EGR se queda abierta, puede causar una fuga de vacío que provocará combustión ineficiente, ruidos del motor al ralentí, vibraciones excesivas e incluso el daño completo del motor en casos extremos.
Sensores de revoluciones del cigüeñal y del árbol de levas. Los sensores de revoluciones del cigüeñal calculan con exactitud el número de revoluciones y la posición del cigüeñal en los motores gasolina y diésel.
Con estos datos, la unidad de control del motor puede calcular el momento preciso de la inyección/encendido. Por su parte, los sensores de árbol de levas calculan con precisión la posición del árbol de levas, gracias a lo cual es posible determinar el momento exacto de la inyección/encendido y un ajuste variable y preciso del árbol de levas.
Sensores de presión. El sensor de presión de la admisión de aire permite una medición rápida y exacta de la presión atmosférica en el tubo de aspiración, detectar pérdidas de combustible (sensores de presión del depósito) y controlar la presión del aceite y de la admisión de aire.
El sensor de alta presión controla la presión del combustible dentro del raíl de combustible en los motores con inyección directa de gasolina y diésel, ya que la unidad de control del motor necesita esta información para poder dosificar con exactitud la cantidad de combustible inyectada.
Por su parte, el sensor de presión del aceite se encarga de realizar una medición rápida y altamente precisa de la presión del combustible y del aceite en todos los tipos de motores de combustión y engranajes. Esta medida se utiliza para controlar la cantidad de combustible o aceite suministrado por la bomba.
Finalmente, el sensor de presión diferencial supervisa la diferencia de presión del filtro de partículas y, de este modo, ofrece información sobre su estado de carga. Esto hace posible una regeneración controlada del filtro en función de las necesidades.
Otros sensores fundamentales para la gestión del motor. El sensor de mariposa se sitúa en la válvula de mariposa para registrar con gran precisión la posición, el ángulo de giro de la mariposa y la velocidad angular del movimiento de apertura y cierre. Este último dato es una señal muy importante para la unidad de control, para compensar las reacciones de cambio de carga y evitar sacudidas de carga parcial.
El sensor de detonación (picado) convierte las oscilaciones en señales eléctricas. Con esta medición, la unidad de mando puede ajustar el momento del encendido y asegurar una combustión suave, contribuyendo así al rendimiento y la durabilidad del motor.
Los sensores de temperatura incluyen una resistencia, compuesta de óxidos metálicos y cristales oxidados, que permiten medir un amplio rango de temperatura de los circuitos de aire y aceite, así como del refrigerante.