Siguiendo estos consejos nuestro coche estará en un mejor estado en los duros meses de verano
Durante las vacaciones de verano son muchos los que buscan el sol, la playa y un clima agradable a orillas del mar. Son obstante, las altas temperaturas, la sal, la arena… son factores que pueden afectar a la mecánica de tu coche y provocar averías. Para conseguir evitarlo es recomendable seguir estos pasos:
- Si vamos a la playa, evitemos aparcar cerca de ella: Sobre todo si nuestra estancia va a ser prolongada. Esto se debe a que la arena y el salitre pueden perjudicar a la pintura del coche, los faros y las ventanillas. Además, el salitre del mar puede acarrear corrosión en los materiales del vehículo.
- Limpiar y proteger el interior al volver de la playa: Es conveniente que la tapicería quede bien protegida, ya que conductor y pasajeros volverán mojados, con arena y salitre. Incluso el sudor, que aumenta en estos meses del año puede ser perjudicial para el vehículo.
- Estacionar en lugares cerrados: Para protegerlos de lo anterior, como hablábamos en el primer punto, es conveniente aparcar nuestro coche en zonas cubiertas como un garaje siempre que se pueda. Si no es posible, cubrirlo con una funda exterior también es una opción válida.
- Controlar la temperatura del interior: El habitáculo, con el coche aparcado a pleno sol puede llegar a alcanzar temperaturas tremendamente altas, tanto, que serían perjudiciales si quisiésemos conducir al momento. Además, los propios materiales sufren con el calor y es conveniente cubrir las ventanillas y la luna delantera con un parasol y cortinillas.
- Arancar el vehículo periódicamente: Si vamos a no mover el coche durante mucho tiempo debemos procurar arrancarlo cada poco y mantenerlo un corto periodo de tiempo en marcha. Así, además de su envejecimiento, evitaremos la descarga de las baterías.
- La humedad: También en zonas de alta humedad nos puede jugar una mala pasada con el sistema eléctrico, como, por ejemplo, problemas con el alternador o el motor de arranque.
- Vigilar el estado general del vehículo: Es importante que comprobemos líquidos: aceite, frenos, anticongelante… así como las presiones de las ruedas y demás mantenimiento básico del coche.