Cada elemento de un coche es fundamental para su correcto funcionamiento. Pero los neumáticos de un vehículo son como los pies y las manos de un ser humano. En ellos no solo reside la seguridad sino que también influye en otros aspectos como el consumo. En el caso de los coches eléctricos aún más. De hecho son un elemento clave en su autonomía.
Cómo afectan los neumáticos en los eléctricos
- Si los neumáticos están desinflados, supone uno de los factores más negativos hacia el rendimiento de la autonomía del vehículo. Se debe a que la resistencia de la rodadura es mayor y por ende la eficacia se ve afectada.
En este sentido, la presión del aire en un neumático puede variar según el tiempo y la temperatura, por ello, es aconsejable comprobarla al menos una vez al mes. Además, la profundidad no debe ser inferior a 1,6 milímetros.
- Si no usas neumáticos adecuados, es decir, cada vehículo viene con la información necesaria y especifica que requiere para ese tipo de coche. Por eso es importante seguir las pautas del fabricante, ya que debes guiarte por las características de tu coche. De este modo, para sustituir los neumáticos debes cerciorarte de que son los recomendados por la marca o exactamente el mismo.
- Si cambias los neumáticos, pero no son los recomendados por el fabricante por el hecho de intentar ahorrar, es un error. Puedes encontrar o que te aconsejen unos neumáticos parecidos, pero el rendimiento no será el mismo.
De igual forma, aquellos que no están destinados para coches eléctricos, también afectan a la resistencia de la rodadura. Aunque por regla general, este tipo de vehículos son mucho más eficientes que los de combustión, debido a que el 80% de la electricidad nace del movimiento, por lo que la resistencia de la que venimos hablando es más importante.
De hecho, si gana o pierde resistencia la rodadura, el impacto es directo y apreciable hasta tres veces más en un coche eléctrico que en uno de combustión. Por eso, elige bien los neumáticos de tu coche eléctrico para que no afecten a la autonomía.
En cualquier caso, es importante que las gomas no estén desgastadas ni presenten defectos (grietas, abolladuras…), y en caso de necesitar una sustitución, hacerlo cuanto antes.
Como sabrás, unos neumáticos en mal estado pueden perder agarre en la carretera e influyen también en la distancia de frenado, aumentándola. Además, hacen más ruido y hacen consumir más combustible.