Los reductores de velocidad obligan al conductor, como su propio nombre indica, a reducir la velocidad en zonas señaladas ante peligro o posibilidad de accidente. Puedes encontrar badenes, pasos de peatones sobreelevados, resaltos… son algunos tipos de ejemplos que puedes encontrar en tu ciudad.
Sin embargo, hay quienes consideran que, a pesar de ser una buena solución para evitar la siniestralidad, algunas calles están repletas de ellos en tramos muy cortos. Puede ser un inconveniente para tu salud si sufres de dolores de espalda, para la salud de tu vehículo porque provoca averías y para la salud de tus vecinos que se ven afectados por el ruido constante. Actualmente, el hecho de que muchas calles están obligadas a ir a 30 km/h puede deducir que igual quitan algunos badenes.
Tipos de reductores de velocidad
Principalmente los hay de dos tipos:
- Paso peatonal sobreelevado o de sección trasversal trapezoidal
- Lomo de asno o deben de sección transversal circular.
También puedes encontrar badenes inteligentes dependiendo de la ciudad en la que te encuentres. Son aquellos que aparecen cuando detectan un vehículo circula a una velocidad mayor de la que debe. Aunque también se utiliza en las zonas donde hay un colegio cerca.
Debes saber que no todos los badenes cumplen la normativa ya que cada tipo de baden utiliza un diseño y una serie de materiales que deben están regulados en la normativa de 2008 del Ministerio de Fomento.
Cuándo un badén es irregular
- En caso de si el badén está más alto de lo normal (no puede superar los 5 mm de altura entre el asfalto y la rampa).
- Si utilizan una pintura que puede afectar a motoristas o ciclistas poniéndoles en riesgo.
Consejos para pasar por un badén
- No frenes en seco antes de sobrepasarlo (necesitas reducir velocidad a su llegada para evitar un golpe fuerte en los bajos de tu vehículo). Si das un frenazo puedes provocar averías en los frenos y amortiguadores.
- Circula despacio ante un badén. Si vas a mucha velocidad, los neumáticos sufren ante el paso de un badén porque el impacto es mayor. A su vez afecta a la vida útil de los amortiguadores (puedes darte cuenta ante el primer crujido que escuches).
- Si pasas rápido y el badén no está en perfectas condiciones, puedes reventar el neumático.
- No debes pisar el embrague ni cambiar de marcha porque repercute en la mecánica del coche.
- No esquives el badén solo con una rueda. Normalmente puedes tener a pensar que es lo mejor, pero la realidad es que no repartes el peso en el vehículo y acaban deformándose los neumáticos y, por ende, los muelles de los amortiguadores.
- Acelera (con cuidado) al salir de un badén.
Averías que pueden provocar los badenes
A raíz de los badenes pueden verse afectados varios elementos de tu vehículo:
- Los neumáticos – si aumentas la velocidad ante un badén sufren el mismo daño que si te pegas a un bordillo al aparcar.
- Suspensiones – si la carretera está descuidada, con algunos inconvenientes u obstáculos, el hecho de no reducir la velocidad castiga al sistema de suspensión y en efecto, a sus componentes.
- Otras afecciones – conducir de manera agresiva en los badenes acaba provocando holguras en componentes como los silentblocks del motor, perjudicando mucho el confort de marcha y, de no llegar a cambiarlos, incluso acabar afectando a la mecánica. Además, puedes acabar alterando la geometría de dirección y ejes, dañando el paralelo: de ese modo tus neumáticos se van a gastar de modo irregular y tendrás que cambiarlos antes de tiempo. También, esos saltos acaban provocando desajustes en las piezas de plástico del habitáculo, provocando esos desagradables crujidos cuando conduces.
Si no cuidas tu coche, las reparaciones a causa de los badenes pueden suponer un coste bastante alto. Además, perjudica a otros elementos del vehículo que si afectan a la seguridad pueden hacerte perder el control. No dudes en acudir a un taller de nuestra Red de Talleres para que mantengan tu vehículo siempre a buena disposición y en perfecto estado para tu seguridad y la de todos.