2022 está siendo un año que, hasta el momento, no ofrece unas cifras muy positivas en cuanto a siniestralidad en las carreteras, según los datos recogidos por la Dirección General de Tráfico. En este sentido, hace unos meses entró en vigor la nueva ley de Tráfico con sanciones más duras y nuevas infracciones para reducir el número de víctimas en las carreteras.
De este modo, ha aumentado la vigilancia del tráfico si la comparamos otros años; nuevos radares, furgonetas camufladas y mayores controles por parte de la Guardia Civil, además de drones y helicópteros.
Y es que la DGT tiene como principal objetivo proteger a los usuarios de las carreteras, especialmente, los que son más vulnerables. Por ello, continúan las diversas campañas de concienciación para los peatones y se ha aprobado un nuevo reglamento para el uso de vehículos de movilidad personal. Pero aún así, los motoristas son más frecuentes a sufrir accidentes. De hecho, hasta 241 fallecieron el año pasado, por diferentes razones: sobre todo exceso de velocidad, consumo de alcohol y drogas…
Lo curioso es que, independientemente del vehículo utilizado, la principal causa es la misma para todos: la velocidad. Por eso la Guardia Civil ha decidido usar también motos camufladas para terminar de reforzar la vigilancia en aquellas carreteras donde más se concentran accidentes.
Motos camufladas para una mayor vigilancia
Los controles específicos con motos camufladas (34, de momento) forman parte de una prueba piloto que se llevará a cabo durante los fines de semana de este verano. Su objetivo, según indican, es la de circular por las carreteras con mayor siniestralidad de motoristas, buscando reducir los accidentes y comprobar que se realiza una conducción responsable.
De este modo, esta nueva medida de vigilancia, de mostrarse efectiva, podría extenderse a todo el país en los próximos meses. De momento, según una información publicada por la plataforma SocialDrive, la Guardia Civil de Pontevedra contaría ya con dos unidades (motos de gran cilindrada) para este tipo de vigilancia.
Su objetivo es detectar infracciones sin ser reconocidos para, posteriormente, detener a los motoristas que infringen las normas y proceder a las sanciones. Los vehículos empleados serían una BMW R1150 RT y una Honda ST 1300.