Éstas son a grandes rasgos, las diferencias entre los diferentes modos de conducción de un coche
Cada vez es más común ver en los coches diferentes modos de conducción en la palanca de cambios o seleccionables en el salpicadero y así elegir el que mejor se adapte a nuestro viaje.
Normal, comfort, ECO o Sport son algunas de las nomenclaturas que tienen los vehículos para cambiar las diferentes modalidades de conducción. cuando nos ponemos al volante y, según las seleccionemos, obtendremos una respuesta u otra. ¿Pero que cambia realmente cuando elegimos un modo de conducción u otro?
Así funcionan los modos de conducción
A no ser que nuestro coche sea un vehículo de altísimas prestaciones en las que podamos cambiar entre múltiples mapas de motor, variando la potencia y demás parámetros, la principal diferencia entre estos modos será ni más ni menos que la respuesta del acelerador.
Es decir, si seleccionamos el modo Sport, por ejemplo, la respuesta del acelerador será más rápida y nos dejará apurar algo más las revoluciones si es un coche automático. Pero nada más.
Junto al acelerador, son otros los parámetros que también pueden modificarse, como que la dirección se ponga más dura al igual que la suspensión si está lo permite etc., pero no entregará más potencia o menos nuestro vehículo, ya que será la misma y lo único que cambiará será la respuesta del acelerador.
Al ser una respuesta más rápida y el coche ir más ”alegre”, la velocidad que cojamos será mayor, y a una velocidad mayor un mayor consumo. Por tanto, si nuestro coche está en modo eco, será todo mucho más progresivo y pausado y el acelerador no reaccionará de la misma manera.
Por esta razón, con el coche en modo eco nuestro consumo de combustible, al tener una menor respuesta será menor que con el modo Sport de conducción.