Los siniestros viales en glorietas o rotondas son bastante habituales. Y es que no es sencillo circular por ellas. No en vano, estos recursos viarios concentran una notable cantidad de infracciones. Según Automovilistas Europeos Asociados, entre 2015 y 2019 se produjeron 45.153 siniestros con víctimas en intersecciones giratorias.
Según las cifras de la Dirección General de Tráfico (con datos de 2020), uno de cada tres conductores implicados en estos siniestros cometía alguna infracción.
Infracciones más comunes en las rotondas
En este sentido, la revista Tráfico y Seguridad Vial recuerda cuáles son las más comunes en esta infraestructura tan presente en las vías españolas.
Entrada a la glorieta
Una de cada cinco infracciones cometidas en las rotondas tiene que ver con el respeto a la prioridad. En particular, por no respetarla a la entrada, lo que puede ocasionar frenazos, colisiones frontolaterales o alcances.
Salvo que una señal o un agente indiquen lo contrario, la prioridad es de los vehículos que circulan por dentro. La sanción por incumplir la norma es de 200 euros, con cuatro puntos de retirada del carné.
Salida de la rotonda
También genera muchos problemas el abandono de la rotonda desde un carril interior, maniobra muy común y peligrosa. La revista de la DGT cita a los expertos de formación: “Una maniobra ilegal que, combinada con el exceso de velocidad y una colisión en ángulo, puede comprometer la estabilidad y provocar incluso el vuelco de alguno de los vehículos implicados”.
Exceso de velocidad
El exceso de velocidad no es la infracción más habitual (presente en el 8% de los siniestros en rotondas interurbanas), pero sí una de las más peligrosas. Las rotondas no están pensadas para circular deprisa: hay más riesgo de invadir varios carriles, impedir el avance de otros coches y, además, las consecuencias de un golpe son más graves. El castigo puede ser de hasta seis puntos y 500 euros por conducción temeraria.
Cambios de carril
La DGT enumera varios problemas comunes durante la circulación interior de las rotondas: indisciplina de carril, cambios sin usar los intermitentes y falta de respeto por la prioridad o la distancia de seguridad.
En una rotonda, las normas se aplican como en cualquier vía: fuera de poblado debe ocuparse el carril derecho; en tráfico urbano, el que mejor convenga. Y, por lo mismo, se deben seguir dos normas elementales: dar prioridad a quien ya circula por el carril y señalizar los cambios con tiempo suficiente. Un cambio de carril sin respetar la prioridad supone una multa de 200 euros.
Respeto a los ciclistas
Tráfico recuerda a los usuarios vulnerables: ciclistas y motoristas. Se debe guardar una distancia de seguridad suficiente y respetar su prioridad, tanto en las entrada, como en las salidas y en la circulación interior.
Cuando un grupo de ciclistas entra en una rotonda, se considera que todo el grupo es como un único vehículo. Las multas pueden llegar hasta los 500 euros por conducción temeraria, con la retirada de seis puntos.