Ciudades como Burgos, Soria y Guadalajara son las que más atropellos representan
En la carretera, siempre que vamos al volante, podemos encontrarnos diferentes peligros que pueden ocasionar un siniestro. Algunos pueden ser propios del conductor, como el cansancio y la fatiga, del vehículo si está en mal estado, de los otros conductores e incluso, peligros de la vía como el atropello de un animal que es el que nos ocupa hoy.
Y es que puede ocurrir que al ir circulando por una carretera se cruce un animal salvaje y resulte imposible esquivarlo. Este atropello puede ocasionar un accidente debido al frenazo, al propio golpe contra el animal, o a girar bruscamente e impactar contra otro vehículo o la mediana de la calzada, por ejemplo. Pero, en estos casos ¿Quién tiene la culpa del siniestro?
Controversia para identificar al culpable
El último caso ha obligado a pagar a la Administración 400.000 euros a un conductor al sufrir un accidente con su motocicleta provocado por chocar con tres jabalíes que estaban en la calzada. En esta sentencia, la novedad es que la valla que delimita el paso de los animales a la vía no estaba en buen estado, pero indica que no había una señalización P-24 que indicase el paso frecuente de animales.
La justicia española nunca ha tenido un responsable fijo en este tipo de siniestros en carretera, pues ha ido cambiando las responsabilidades en varias ocasiones. En primer lugar, dictaminó que la culpa era del responsable del coto si en él se encontraban especies cinegéticas. Después se estableció que la culpa era del conductor si en las 12 horas previas los cotos de los alrededores hubieran llevado a cabo un evento cinegético, tras ello, se volvió a establecer al coto como responsable.
Finalmente, la sentencia se resuelve al aplicar la normativa de las señales de tráfico, que, en este caso, al no existir cuando eran obligatorias hacen que la Administración sea la responsable. Señales que en muchas otras vías con animales cerca tampoco se encuentran instaladas.
También, para que esto no ocurra y que traten de eximirse las responsabilidades, las propias compañías de seguros ofrecen cobertura en los daños sufridos tanto al vehículo como al propio conductor en caso de atropellar a un animal.