El embrague es una de las piezas esenciales en los vehículos y, también, es una de las que más sufre, especialmente, si la conducción no es del todo fina y adecuada. Así que si ésta se avería o desgasta puede ser un dolor de cabeza para el propietario del coche.
Si notas alguno de estos síntomas, lo mejor que puedes hacer es pedir cita en tu taller más cercano.
Conocer el estado del embrague de tu vehículo puede ayudarte a ahorrar unos cuantos euros en reparaciones. Es inevitable que con el paso del tiempo esta pieza sufra desgastes debido al uso, pero por lo general la vida útil del mismo suele ser bastante larga.
No existe un kilometraje concreto para determinar que el embrague se ha desgastado ya que en este proceso influyen otros factores como la forma de conducir. Si lo haces más por ciudad el desgaste será más rápido que si lo haces por carretera. En el primer caso, la vida media de esta pieza se suele situar en los 100.000 kilómetros, mientras que en el caso de conducción por autovía se alarga hasta los 150.000 kilómetros.
Si aún no has llegado a estos kilometrajes y notas algo raro, debes prestar atención. A veces, el coche muestra señales de que algo no va bien, te contamos cuáles son para poder prevenir un mal mayor.
El embrague requiere una tensión adecuada para poder funcionar correctamente, de lo contrario se produce la falta de fricción necesaria con el volante del motor. En los coches más antiguos, este puede ser el problema ya que algunos modelos necesitaban regular el recorrido del embrague a través del pedal. En el caso de los coches modernos, este paso no es necesario ya que son autoajustables.
Que el pedal se encuentre duro puede ser un síntoma de que no funciona correctamente y que tiene un desgaste excesivo. El pedal debe mantener su dureza siempre en las mismas condiciones, si esta es mayor, deberás revisarlo.
Cuando nos referimos a que el embrague patina, lo hacemos indicando que el agarre no es adecuado y produce un patinazo sobre el volante del motor. Si el embrague está desgastado, al circular en marchas largas, a bajas revoluciones y acelerar de manera rápida, verás que las revoluciones aumentan, pero no lo hace la velocidad del coche.
Por otro lado, puedes hacer una comprobación. Con el coche parado, pon el freno de mano y pon una marcha larga en el vehículo. A continuación, ve soltando poco a poco el embrague, esto debe provocar que el coche se cale. Si no lo hace o tarda bastante tiempo en hacerlo, será síntoma de que está patinando y por tanto, desgastado.
Olor a quemado
El olor a embrague quemado es muy característico y se da cuando el embrague no ajusta bien y patina demasiado sobre la superficie del volante. Sobre todo, se producirá este olor cuando se inicia la marcha.
Además de desgastarse, el embrague puede romperse debido al rozamiento con otras piezas al encontrarse excesivamente desgastado. Esto puede producir que las piezas más caras se dañen y haya que sustituir todo el sistema para poder seguir circulando con el vehículo.