A la hora de financiar, debes tenerlo todo bien claro
Cuando nos disponemos a comprar un coche, lo más normal es que el pago se haga mediante una financiación. Y es cierto que hay muchos tipos de financiaciones, y entre ellas hay una en la que podemos creer que es como un renting, pero no es así.
En ellas, se paga una entrada, una cuota al mes durante el tiempo que hayamos acordado y una vez se cumpla, tendremos que pagar una última cuota o no. Vamos a explicar en qué consiste esa cuota y cuándo se debe pagar.
¿En qué consiste una última cuota?
Lo que popularmente se conoce como última cuota al financiar un coche es el Valor Futuro Mínimo Garantizado (VFMG). Esta cuota será lo que vale nuestro coche tras el periodo que hayamos estado pagando mensualmente el coche, y se calcula en relación a los kilómetros que se calcule que va a hacer al vehículo.
Esto quiere decir que si le hemos hecho más kilómetros de los que se habían previsto en un principio, o si el coche está en malas condiciones, al dueño del vehículo le tocará pagar la diferencia. No obstante, si el valor del coche es mayor al establecido en un principio, será el concesionario quien pague. También puede ocurrir que este VFMG se acuerde independientemente del valor futuro.
Este tipo de financiación se conoce como multiopción, y nos permite tres opciones a la hora de comprar un coche nuevo y disfrutarlo tras unos años:
- Devolver el coche: Sin coste adicicional, solo tendremos que entregar el coche en el concesionario.
- Cambiar el coche: Si queremos cambiar de coche a otro modelo, podrían hacernos un descuento por volver a financiar otro coche de la misma manera.
- Comprar el coche: Aquí solo tendremos que pagar la cuota final y el vehículo será completamente nuestro.
¿Cuándo pagar y cuándo no pagar la última cuota?
Por ejemplo, si es un coche de empresa y no se ha tratado muy bien. Si el interior está descuidado, si ha tenido algún accidente o si ha superado el límite de kilómetros, es mejor cambiarlo por otro coche o devolverlo. También es una opción interesante cambiar de coche si ha habido, por ejemplo, un incremento familiar y necesitas más espacio. Así puedes cambiarlo sin pagar la cuota final.
Por el contrario, si la persona ha tratado bien el coche durante el tiempo que lo ha tenido está a gusto con él y no ha superado el límite de kilómetros, es una buena opción pagar la cuota final. Puede que incluso el concesionario nos devuelva la diferencia si así lo hemos pactado.