El buen estado del sistema de distribución es clave para garantizar el correcto funcionamiento del motor y así evitar averías que conlleven reparaciones de coste elevado, tal y como explican desde Elige calidad, elige confianza (ECEC).
En este sentido, desde la iniciativa formada por una veintena de los principales fabricantes de componentes de automoción recomiendan cumplir con exactitud, incluso con antelación, los intervalos de sustitución que marca el fabricante, más aún si se va a iniciar un trayecto de largo recorrido. Y es que, sobre este componente, el mantenimiento preventivo es determinante.
“El sistema de distribución no da señales previas al fallo o rotura, por lo que sobrepasar los intervalos de sustitución nos expone a averías graves del motor”, apuntan desde la iniciativa, que destaca que “esta no es solo una cuestión que comprometa nuestro bolsillo, sino también la seguridad de los pasajeros”.
Apuesta por componentes de calidad
La calidad del componente también es importante, pues “un sistema de distribución de calidad deficiente puede dar lugar a la rotura de piezas individuales como tensores o rodillos, lo que puede ocasionar un desplazamiento de la correa de distribución y su rotura por interferencia”.
Según la iniciativa, “en este caso, se daría una alta probabilidad de rotura de elementos internos del motor, tales como válvulas o árbol de levas”, lo que llevaría a una avería grave del motor.
Los distintos componentes que forman parte de un sistema de distribución, es decir, no solo la correa o cadena de la distribución, sino también las poleas, guías y tensores, están todos ellos interrelacionados, por lo que si uno de ellos falla o simplemente no funciona correctamente, hará que los otros componentes se vean afectados y no realicen su función de forma correcta”.
Esto conduciría, no solo a una avería, sino también “a un mayor consumo del motor y a la consecuente mayor emisión de CO2”. En este sentido, desde ECEC recomiendan reemplazar todos los componentes del sistema de distribución al mismo tiempo.
En cuanto a la seguridad, se ha de tener en cuenta que un fallo en el sistema de distribución afectará al motor, impidiendo su funcionamiento. Esto, en paralelo, provocará que los sistemas de seguridad activa del vehículo, tales como dirección asistida, servofrenos u otros componentes electrónicos, cuyo funcionamiento depende del motor, dejarán también de funcionar.
Cuándo cambiar la correa de distribución
Si te estás preguntando cuándo hay que cambiar la correa de distribución, la respuesta la tiene el libro de mantenimiento de tu vehículo. Todos los fabricantes recomiendan un kilometraje máximo, a partir del cual es necesario sustituirla. En algunos modelos, el intervalo se sitúa en los 60.000 kilómetros, mientras que en otros puede llegar hasta los 160.000 km.
No obstante, estas cifras son sólo orientativas, teniendo en cuenta unas condiciones normales de conducción. Sin embargo, si sueles conducir en entornos urbanos, es recomendable que acortes el kilometraje en un 20% pues la correa sufre en mayor medida, pues la ésta sigue funcionando aunque el coche esté detenido en semáforos, atascos, pasos de peatones…
Y aunque no hayas recorrido muchos kilómetros, los fabricantes recomiendan igualmente revisar la correa de distribución cada 5 años en busca de cualquier síntoma de desgaste o deterioro (muescas, grietas, decoloración…).
Ten en cuenta que la correa está fabricada, básicamente, de caucho, goma y nylon, material que envejece y se deteriora. En este sentido, el clima también le pasa factura a la correa de distribución, sobre todo las temperaturas extremas y una elevada humedad ambiental. En este caso, es mejor ser precavidos y revisar el estado de la correa cada 4 años.