Esta centralita permite coordinar y gestionar los sistemas del coche
En un vehículo hay componentes de todo tipo, y, por supuesto, cada uno tiene su función específica. Los hay mecánicos, como los cilindros, que son básicamente el corazón de nuestros coches, eléctricos, como el alternador, por ejemplo, pero todos se rigen por el control de una pieza clave para que funcionen a la perfección: La ECU.
Esta centralita del motor coge su nombre por sus siglas en inglés Engine Control Unit, (unidad de control del motor), que básicamente se encarga de que todo en el motor funcione de manera correcta.
Dicho de otra manera, la ECU es una pequeña computadora que gestiona y monitoriza los sistemas esenciales que hacen que el coche circule de forma estable en carretera. Es decir, quien se encarga de controlar que todo en el motor esté actuando de manera adecuada, como, por ejemplo, la velocidad de las ruedas, la mezcla entre aire y combustible o la potencia de los frenos.
Dependiendo del fabricante podremos encontrarla ubicada en diferentes lugares del vehículo. Por ejemplo, en los vehículos del grupo VAG, (Volkswagen, Audi, Seat, Skoda…) la encontramos normalmente debajo del limpiaparabrisas, en un compartimento que esconde la moldura de plástico.
¿Qué pasa si no funciona bien?
Al gestionar todo aquello que tenga que ver con el motor, la ECU, si falla, puede darnos diferentes errores o problemas si vamos conduciendo, por lo que son muy diversos los síntomas que puede mostrar a la hora de no funcionar como debe. Entre ellos podemos encontrarnos con los más comunes como estos:
El vehículo puede tener problemas para arrancar, o directamente no hacerlo.
La luz de error del cuadro del coche no funciona. Si está defectuosa y no marca nada aún yendo el coche mal, es un signo obvio de que nuestra ECU tiene un problema.
Ya que la ECU es un ordenador que gestiona cómo debe actuar el motor, es posible alterar estos parámetros sobrescribiendo el software existente en la centralita y, mediante un cable OBD o un portátil, reasignar el rendimiento del motor. Aunque esta práctica es conocida entre aquellos que quieres subir la potencia de sus coches, antes de llevarla a cabo hay que saber que puede dañar los componentes del motor por exigirles un sobreesfuerzo. También anula totalmente la garantía del coche.