Algo tan cotidiano como escuchar música en el coche, independientemente del estado emocional en el que uno se encuentre, puede conllevar a una multa. Sí, sí, lees bien.
Y es que conducir con la música muy alta puede suponer un problema para el resto de los usuarios, o incluso para nosotros como conductores por no escuchar lo que pasa fuera del coche.
En función de la Ordenanza Municipal de cada ayuntamiento, las multas pueden oscilar entre los 100 y los 3.000 €. Así que escuchar música muy alta trae consecuencias.
Según la legislación, si un policía local o agente de la Guardia Civil de Tráfico detecta que el volumen está más alto de lo permitido, puede sancionar al conductor. No se puede recurrir ni argumentar puesto que el agente te la impondrá de igual manera.
Llevar la música muy alta es motivo de sanción
Además, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha realizado algunos estudios para verificar si llevar la música demasiado alta en un coche afecta o no en la conducción. Y sí, afecta.
Primero, antes que nada, porque no puedes oír lo que ocurre a tu alrededor fuera del vehículo y por lo tanto es importante que estés atento y alerta en caso de que haya señales sonoras de algún vehículo de emergencias cerca. Pero un volumen muy bajo también puede ser peligroso porque podría hacer que se durmiera el conductor.
Aunque depende de cada municipio, así será la diferencia de la cuantía a pagar. Incluso, llevar la música alta conlleva a una contaminación acústica que por eso algunos Ayuntamientos tienen definidos márgenes de decibelios (dB) por exceso de ruido.
También hay que mencionar que ha habido casos de multas a jóvenes por poner la música demasiado alta incluso estando estacionados en un aparcamiento. El hecho de estar un grupo de personas reunidas para realizar el conocido ‘botellón’ que además es un acto ilegal en muchos municipios de España es motivo de sanción.
A todo ello, se le suma que el consumo de alcohol en la vía pública está prohibido.