Más de 4,3 millones de primeras inspecciones en 2018 registraron algún defecto grave y, con ello, el consecuente rechazo.
Esta tasa de rechazo obedece a que durante las inspecciones se detectaron hasta un total de 8.385.076 defectos graves, aquellos que imposibilitan que un vehículo obtenga la calificación de apto para poder circular. Así, el promedio de errores graves detectados por vehículo rechazado es de 2,5 fallos por automóvil, quedando desglosados de la siguiente manera:
- 24,9% defectos de alumbrado y señalización.
- 20,1% son fallos en ejes, neumáticos y suspensiones.
- 16,2% no superan la ITV por emisiones contaminantes excesivas.
- 13,3% defectos relativos a frenos.
- 25,5% otros defectos graves.
En cuanto al mayor número de vehículos que anualmente se encuentran obligados a pasar la ITV, incide de manera directa el envejecimiento del parque automovilístico español, con una media superior a los 12 años de antigüedad.
Por otra parte, la colaboración entre la DGT y Aeca-ITV ha permitido un mayor control para detectar a través de las cámaras y radares implantados a partir de 2018 cuándo un vehículo tiene pasada la ITV. No obstante, preocupa el alto nivel de absentismo, vehículos que circulan sin tener la ITV vigente, que se sitúa en el 20%.
Por último, según el tipo de vehículo, los que más defectos graves presentaron fueron camiones, remolques, semirremolques, autobuses y furgonetas, con una tasa de rechazo cercana al 30% en estos casos.