Las ruedas son el único elemento de un vehículo que está en contacto directo con la carretera. Por eso es muy importante que estén en perfecto estado, ya que, de lo contrario, pueden causar accidentes graves.
Entre sus funciones, además de la más evidente que es permitir el desplazamiento del vehículo, están soportar el peso del coche, absorber las irregularidades del terreno o transmitir la tracción y las fuerzas de frenado.
Las partes que componen una rueda
Son, en definitiva, las encargadas de ejecutar las decisiones principales del conductor pues reciben las ‘órdenes’ directamente del volante. Y aunque lo primero que se asocia a ellas es el neumático, las partes de la rueda son unas cuantas más, y todas relevantes ¿sabes cuáles son?
Neumático
Es la parte más visible y conocida de la rueda. Fabricados principalmente con caucho y acero (para su ‘esqueleto’), son los encargados de asegurar el agarre del vehículo. Por eso, una goma en mal estado (o inadecuada para el vehículo) aumenta considerablemente la probabilidad de sufrir un accidente. El neumático, a su vez, está compuesto por varias partes: Lona, Lona de carcasa, Lonas de cima, Talones, Flancos, Banda de rodadura, Hombro, Entalladura, Nervadura…
Para asegurar unos neumáticos en buen estado es fundamental mantenerlos con la presión adecuada. Asimismo, la seguridad en carretera dependerá de que el dibujo de la banda de rodadura tenga la profundidad sufienciente (el mínimo legal es de 1,6 mm).
Llanta
La llanta (del francés jante, que significa ‘aro’) es la parte metálica de la rueda, cuya función principal es sostener el neumático para que conserve su forma al rodar. Principalmente son de acero o de aleación de aluminio (más ligeras) también aportan una función estética (que es la menos importante de sus funciones). Estableciendo un símil, las llantas son como los zapatos de las personas y, por tanto, deben encajar a la perfección en tamaño con el neumático…
Válvula
Se trata, como ya vimos, de un elemento clave, ya que mantiene la presión del neumático. Es el lugar por donde se infla la rueda. El tipo de válvula empleado depende de tres factores: la presión de aire requerida, las condiciones de conducción y el diseño de la llanta.
La elección de una válvula u otra depende del tipo de vehículo en el que se vaya a montar. Además, las válvulas pueden ser caucho, goma y metal o metálica.
Contrapesos
Son, probablemente, el elemento menos conocido de la rueda. Estas piezas de plomo se colocan en las llantas con el objetivo de equilibrar cada una de las ruedas para no que se produzcan vibraciones durante la conducción. Si no existiesen, los amortiguadores podrían sufrir daños y la vida útil del neumático se reduciría.
Se adhieren a la llanta al cambiar el neumático y si perdemos alguno (bordillazo, bache, resalto…) notaremos cómo el volante vibra a partir de cierta velocidad… Y si no lo reponemos, se producirá un desgaste prematuro del neumático, incluso, problemas en la dirección.
Las ruedas son tan importantes que si están en mal estado pueden llegar a provocar averías. ¿Hace cuánto que no revisas el estado de tus neumáticos? ¿Recuerdas si cambiaste o no los neumáticos de invierno de tu coche?