Lo buscaste entre muchos para invertir en él una parte más o menos importante de tus ahorros. Finalmente, lo encontraste y, en ese mismo instante, decidiste compartir con él una parte importante de tu vida. En concreto, una buena parte del tiempo que empleas en desplazamientos tanto por obligación como por ocio.
Y es que lo tuyo con tu coche fue amor a primera vista, la historia de un flechazo que continua y que quieres que dure muchos años ¿no?. Entonces ¿qué mejor manera de mostrarle tu cariño y dedicarle algunas atenciones? Y como con San Valentín, lo de demostrar el amor, no es sólo cuestión de un día si no de los 365 del año.
Consejos para alargar tu historia de amor con tu coche
En este sentido, si tienes en cuenta algunos consejos de conducción y mantenimiento, conseguirás que lo vuestro dure muchos años. No olvides que, como decíamos, el amor debe ser cuidado y regado cada día con pequeños detalles para que perdure.
Ten paciencia al arrancar: muéstrale desde el primer momento, así que al arrancar, ten paciencia y más en época de bajas temperaturas y si ‘duerme’ a la intemperie. Y una vez encendido, espera al menos un minuto —si el motor es diesel— para que el motor coja temperatura y el lubricante llegue a todos los rincones del motor.
Conduce con suavidad: no solo reducirás el consumo de combustible, algo que te permitirá ahorrar para, por ejemplo, hacer algún viaje extra con tu coche. Además, evitarás que algunos elementos del vehículo sufran, tales como el embrague y la caja de cambios, los amortiguadores, los neumáticos o los componentes del sistema de frenos, al no tener la necesidad de realizar frenazos bruscos.
Respeta los intervalos de mantenimiento: no hagas sufrir innecesariamente a tu coche. Cambiar los fluidos (aceite, refrigerante, líquido de frenos…) cuando toca es fundamental para mantener su motor en buen estado, ya que posponer estas sustituciones produce una degradación más rápida de cada líquido lo que aumenta la posibilidad de que pierda sus propiedades y acabe afectando a su función….
Utiliza siempre un lubricante adecuado: si a tu pareja no le regalas ropa siete tallas por encima de la suya, ¿por qué harías algo semejante con tu coche? Comprueba siempre que empleas un aceite de motor de calidad que cumple con los requisitos indicados en el libro de mantenimiento del vehículo. Si recomienda que utilices lubricantes sintéticos, recurre a ellos.
No te olvides de los filtros: al cambiar el aceite, recuerda que resulta conveniente sustituir también el filtro correspondiente, entre otras razones porque la suciedad acumulada en él puede alterar la combustión y aumentar el consumo. Este hábito te ayudará a prolongar su vida útil. Asimismo, no olvides mimar tu coche sustituyendo cuando toca el resto de filtros (combustible, aire y habitáculo).
Aliméntalo antes de que esté en las últimas: destierra el mal hábito de conducir en la reserva. En cuanto quede menos de un cuarto de depósito, vuelve a repostar. Así evitarás que las impurezas que se acaban depositando en el fondo del depósito de combustible lleguen al motor y lo dañen.
Lávalo periódicamente: aparte de que te gustará ver tu coche tan bonito como el primer día, lavarlo te ayudará a cuidar de la carrocería y a evitar el deterioro de pinturas, lunas y plásticos.