Estos eran algunos de los modelos que poseyó la monarca británica en sus 70 años de reinado
La reina Isabel II, fallecida el pasado día 8 de septiembre, contaba con numerosas facetas que, aunque eran conocidas por muchos, como es lógico para alguien de su posición, no desempeñaba de manera cotidiana. Entre ellas, cabe destacar su gusto por los coches, que se remonta hasta la Segunda Guerra Mundial.
Durante el conflicto, Isabel II fue miembro del Servicio Auxiliar de Mujeres y trabajó como mecánica. Además, durante su tiempo en el Ejército Británico, la monarca aprendió a conducir y a arreglar motores de diferentes vehículos, como camiones y ambulancias, al igual que hicieron otras personalidades.
Pero su pasión por las cuatro ruedas fue más lejos y, es por eso que, en los garajes de Buckingham, Windsor y demás residencias de la Corona, se encuentren auténticas joyas que, desde luego, son dignas de la realeza automovilística. Estos son algunos de ellos.
Aston Martin DB6
Cómo no, la firma de deportivos británicos (aunque ha fabricado más tipos de vehículos) tenía que contar con un ejemplar en su garaje. Este precioso vehículo contaba con 282 CV a 5.500 rpm. Un adelantado a su tiempo, el año 1966.
Austin Princess Vanden Plas
La desaparecida Austin diseñó una espectacular limusina que destacaba realeza hasta en el nombre. La reina lo adquirió por su lujo interior y porque presentaba un noble aspecto exterior.
Bentley State
Otra limusina británica, aunque más actual, es el Bentley State. En este caso, el vehículo cuenta con 400CV y alcanza los 210km/h. Una locura para una limusina, que además de excelentes prestaciones contaba con toda la comodidad que un monarca podría necesitar.
Rolls-Royce Silver Ghost
Mas que un coche, esta joya, digna de un museo era uno de los objetos de colección de la reina. Se convirtió en el Rolls más caro jamás vendido, alcanzando los 7 millones de dólares. Además, la propia marca lo definió como el mejor automóvil del mundo.
Y no solo Reino Unido
Además, Isabel II elegía muy bien el vehículo en el que se desplazaría durante cada una de sus visitas. Por ejemplo, en su visita a París, se movió, como no, con un Citroën SM Ópera, o en EE.UU. con un Lincoln Cosmopolitan.