La primavera ha llegado pero el calor no parece que se haya asentado aún. No obstante, las temperaturas pronto subirán por lo que es la hora en la que revises el sistema de aire acondicionado después de tantos meses sin usarlo.
El sistema de aire acondicionado se compone de: compresor, depósito, desagües, cañerías, líquido del aire acondicionado, correa que une el compresor, radiador, centralita, aireadores, trampilla de paso, mandos y controles. Un sistema que está expuesto a muchos riesgos como la humedad.
De este modo, se trata de un elemento que, si no se comprueba su estado, puede no estar en buenas condiciones cuando lo necesites, por ejemplo, porque tenga los conductos obstruidos.
Razones por las que huele mal el aire acondicionado
1) Humedad interior. La higiene dentro del coche es primordial. Si haces viajes largos en los que tienes que pasar mucho tiempo en el vehículo, expulsarás dentro de él mucho CO2. La humedad inevitablemente se ‘instala’ en el coche además del polvo, el barro, los restos de comida…
2) Aparcamientos. Los aparcamientos, creas o no, son fuente de suciedad y bacterias porque no cuentan con una buena ventilación. Y esa suciedad se puede traspasar a tu vehículo (de ahí la importancia de la limpieza periódica de tu coche por dentro y por fuera).
3) Filtro sucio. Tienes que revisar que lel filtro del habitáculo (al que muchos también llaman, filtro antipolen o del aire aconcionado) no está sucio, pues es en él donde se acumula toda la basura, bacterias y demás. Por ello, es conveniente que los sustituyas periódicamente: cuando indica el fabricante o incluso antes si vives en zonas muy húmedas, eres habitual de los atascos urbanos o vives en zonas con mucho polvo en suspensión.
4) Atascos y obstrucciones. En el depósito o los desagües puede atascarse todo lo que quede obstruido y por lo tanto tienda a pudrirse. Acude a un taller de confianza para que revisen tu aire acondicionado y todos sus componentes para tu propia salud y la del medio ambiente.
También se pueden producir malos olores porque las rejillas de ventilación se atasquen. Por eso, cuando no las utilices, cerrarlas. Ten en cuenta que las salidas de aire no están en el salpicadero sino debajo de los asientos.
5) Restos de hojas, polvo, excrementos de aves y suciedad, así como el agua de la lluvia y la misma humedad del exterior repercuten en los malos olores surgidos por el aire acondicionado.