Los frenos tienen una función crítica para tu seguridad en carretera. Si bien el estado de neumáticos y de la suspensión (amortiguadores, muelles…) es fundamental para conseguir una buena frenada, si los frenos no actúan, por mucho que los otros componentes estén en buenas condiciones, el vehículo no se detendrá cuando lo necesitemos con lo que la colisión será inevitable.
Asimismo, sin ellos, gran parte de las tecnologías enfocadas a la seguridad (ABS, sistemas de detección de peatones, sistemas de frenado automático,…) carecerían de sentido. Por eso, los fabricantes investigan continuamente con nuevos materiales que ayuden a fabricar frenos cada vez más eficientes, resistentes, económicos y ligeros.
Cuándo cambiar pastillas, discos, líquido…
No obstante, y precisamente debido a la exigente y continua carga de trabajo a la que están sometidos, —piensa en la cantidad de veces que frenamos durante un viaje promedio— , no es de extrañar que las pastillas y los discos de freno tengan una vida útil que estará directamente vinculada a su uso.
En este sentido, ¿cúando hay que sustituir los distintos elementos? Básicamente, son tres los elementos que, en el sistema de frenado más común —frenos de disco—, más desgaste sufren: pastillas, discos y líquido. El resto de componentes, pinzas, latiguillos, bomba, bombines… tienen una mayor duración. Incluso, pueden llegar a durar toda la vida útil del vehículo si no sufren ningún daño o avería.
De este modo, no hay un intervalo fijo para reemplazar ni discos ni pastillas de freno, ya que su duración depende mucho del vehículo y del estilo de conducción. No obstante, por regla general, las pastillas pueden durar entorno a 35.000-40.000 km y los discos alrededor de los 80.000 km. Por tanto, un juego de discos en buen estado, podría ‘aguantar’ dos juegos de pastillas antes de su sustitución.
Por su parte, el líquido de frenos conviene sustituirlo cada dos años o 40.000 km (lo que antes suceda) si queremos evitar que su degradación acabe afectando a su efectividad y, por tanto, a nuestra seguridad.
Principales síntomas de fallo en los frenos
Dada la importancia de los frenos, si notas cualquier problema en los frenos es fundamental que acudas a un taller para que comprueben su estado. Por eso, conviene que aprendas a detectar los síntomas de que algo va mal en el sistema de frenado…
Excesiva carrera del pedal
Las causas pueden estar relacionadas con el líquido de frenos (fugas en el circuito, aire en el sistema o líquido de frenos en mal estado o con el nivel muy bajo) o las pastillas, si están muy desgastadas. En ese caso se recomienda sustituir las pastillas. Y si es algo relacionado con el líquido de frenos o el sistema hidráulico, probablemente, habrá que limpiar o purgar el sistema y rellenar de líquido de frenos.
Pedal esponjoso
Esto puede tener diversas causas, siendo las más probables problemas con los latiguillos, el pistón de la pinza o la propia pinza, que esté gripada. También podría deberse a la presencia de aire en el sistema hidráulico, o a que el líquido de frenos sea deficiente o esté mezclado con agua.
Pedal demasiado duro o que ofrece mucha resistencia
Las causas más probables son que las pastillas estén sucias o manchadas con grasa o líquido de frenos, que haya un problema en el pistón de la pinza, problemas con el líquido de frenos (vemos que esto puede ser la causa de varios problemas), problemas con las pastillas (que estén cristalizadas). También puede deberse a que los discos de freno estén dañados, y si es eso deberíamos sustituirlos. Otra causa que no debemos descartar es que haya fallado el servofreno, y de ahí que nos cueste más activar el pedal.
El pedal parece tener menos recorrido
Las piezas que provocan la extensión o la retracción de las partes móviles pueden estar defectuosas, por ejemplo, el pistón del cilindro principal no es capaz de volver a su lugar correctamente. Por eso, si da la sensación de que el pedal no vuelve fácilmente al reposo, lo más recomendable es llevar el coche al taller y que nos lo revisen bien el sistema de frenado.
Una rueda (al menos) se bloquea
Dependerá de la rueda o de cuántas se bloqueen, pero es un síntoma de que alguna parte del sistema no trabaja correctamente, o bien está agarrotada, obstruida o hinchada. También puede deberse a una pastilla de freno defectuosa o a que el cable del freno de mano esté enganchado, con lo cual estaría funcionando aún al quitar el freno de estacionamiento.
El pedal de freno vibra o pulsa
Sin confundir las vibraciones con las que se notan cuando el ABS entra en acción, puede que tengamos los discos alabeados o los rodamientos de la rueda gastados (o sueltos). También puede ser algo más generalizado y que tengamos que sustituir tanto pastillas como discos de freno. Puede deberse también a unas ruedas mal equilibradas, o a una rótula en mal estado.
Pérdida de capacidad de frenado en caliente
Puede deberse a unas pastillas de mala calidad o que hacen mal contacto. Incluso podría deberse a que los discos sean demasiado delgados (aunque en coches de serie es difícil que esta la causa, sí podría serlo si los cambiamos nosotros mismos o lo hace alguien sin la experiencia, conocimientos y herramientas necesarias. Puede ser simplemente fading, debido al exceso de trabajo que requerimos al sistema de frenado, que pierde eficacia con la temperatura. En ese caso conviene utilizar más freno motor, o simplemente enfriar los frenos.
El coche oscila hacia un lado
Es el problema de más compleja determinación. Puede deberse a múltiples causas, entre ellas que las pastillas de un lado estén sucias o impregnadas de grasa o líquido de frenos. También puede deberse a que las pastillas se hayan cristalizado. Incluso podría ser por un problema en la presión de los neumáticos, a unas rótulas en mal estado, amortiguadores en mal estado, problemas en los discos… Si detectas esto, acude a un taller lo antes posible.
Se nota un chirrido al frenar
Desde suciedad en las pastillas (polvo, partículas metálicas…), que estén muy desgastadas o sean de baja calidad, que rocen las contra el caliper o que falte alguna pieza. También puede ser por unos discos en mal estado.