Si eres meticuloso con el mantenimiento de tu vehículo, revisarás con frecuencia los niveles de aceite, refrigerante, líquido limpiaparabrisas… Y al menos una vez al mes, o cada 1.000 km, comprobarás la presión de los neumáticos de tu coche.
No obstante, es más que probable que haya una operación de mantenimiento pase desapercibida. Es más, hay muchas probabilidades de que no la hayas realizado nunca. Y no deberías, pues llevar a punto ese componente te sacará de un gran apuro llegado el momento.
La rueda de repuesto
Nos referimos a revisar la presión de la rueda de repuesto de tu coche si eres de los que aún la lleva. No en vano, al igual que sucede con la palanca del freno de mano o el cambio manual, la rueda de respuesto —sea rueda ‘estándar’ o de velocidad limitada (tipo ‘galleta’)— es algo ya algo cada vez más raro.
Y es que esta ‘quinta rueda’ necesita los mismos cuidados que las otras cuatro que van montadas en el vehículo, por lo que deberíamos comprobar su presión y estado con la misma periodicidad.
Sin embargo, son muy pocos los automovilistas que prestan atención a este componente. De hecho, hay estudios que dicen que nueve de cada diez conductores se olvidan de comprobar el estado de la rueda de respuesto ¡Error!
Piensa que si sufres un pinchazo o reventón y tienes que recurrir a la rueda de respuesto, necesitarás que esté en perfecto ‘estado de revista’ para ponerse a trabajar. Y si no tenemos opción de comprobar su presión estaremos corriendo un riesgo que podríamos haber evitado.
Revisión de la rueda de repuesto
De este modo, es recomendable comprobar la presión de la rueda de repuesto una vez al mes y si el coche tiene más de cinco años conviene asegurarse de que el espacio donde se encuentra no ha dejado ninguna marca en el neumático. Para evitar esto es recomendable darle la vuelta para evitar deformaciones y que la zona de contacto no siempre sea la misma.
A la hora de inflarla la rueda, hazlo a la misma presión a la que deben ir las que van montadas. En cambio, para las de tipo ‘galleta’, ten en cuenta que la presión es bastante mayor (generalmente suele ser 4 bares o incluso más). Para saber a cuánta debe ir la tuya, mira en el flanco exterior del neumático o también puede ir reflejado en la pegatina del coche, donde viene la presión de las ruedas ‘normales’.
Si tuvieras que utlizarla recuerda que si se trata de un neumático ‘de galleta’ deberás utilizarla el mínimo recorrido posible y a una velocidad máxima de 80 km/h ya que su anchura es menor que la de una cubierta estándar (de ahí su sobrenombre). Esto provoca que el vehículo no esté igualmente equilibrado y la conducción tenga que ser más prudente.
Guardada también se deteriora
Conviene insistir en que aunque esté guardada, no significa que no se pueda deteriorar, ya que hay muchos factores que pueden dañarla. Los más importantes son los cambios de temperatura y la falta de movimiento, factores que pueden provocar que el caucho se agriete y que la rueda pueda sufrir un reventón en cualquier momento.
Para que tu rueda de repuesto se mantenga en buenas condiciones tienes que acordarte de ella cuando vayas a revisar el resto de neumáticos. Comprueba con frecuencia su presión y el estado del caucho por toda su superficie.
Por norma general conviene cambiar este neumático pasados 8 años, sin embargo deberás estar pendiente por si fuera necesario reemplazarla antes.
En la Red EuroTaller ya te hemos indicado cómo realizar un cambio de rueda si nos encontramos en esta situación en la carretera, recuerda que lo primero es nuestra seguridad y colocarse en un lugar donde evitemos riesgos.