Son un indicador muy útil a la hora de escoger nuestras ruedas
Como siempre decimos, los neumáticos son una de las piezas más importantes que hay en nuestro vehículo, ya que son las únicas partes en contacto directo con el asfalto y nuestro coche. Resulta esencial llevarlos en buen estado, ya que son fundamentales para obtener un buen rendimiento y la seguridad. Y siempre, debemos llevar aquellos que cumplan las especificaciones de nuestros coches, entre ellas, el código de velocidad.
Al igual que las medidas de la goma, como, por ejemplo, 255/65/R15, a esta medida, siempre le acompañará una letra que denotará la velocidad máxima a la que puede circular ese neumático en concreto. Estos valores los proporciona el fabricante según distintos valores como el peso o la potencia de los vehículos que los montarán.
También hay que decir, que el código de velocidad es una apreciación teórica, porque para que se cumpla, debemos dar por hecho y partir de la base de que el neumático se encuentra en condiciones óptimas, ya que cualquier daño en él afectará a su índice de velocidad.
Dónde encontramos el código de velocidad
Se sitúa en la inscripción que llevan todos los neumáticos en su flanco exterior. Puede encontrarse en diferentes lugares, como por ejemplo al final de las medidas de anchura y perfil como al final de la propia descripción del neumático.
Se identifica de una manera simple porque en la mayoría de los vehículos, las letras se comprenden entre la L y la Y. Se establecen en orden alfabético según la velocidad máxima que pueden soportar y también muestran conceptos como la capacidad de tracción, manejabilidad y desgaste. Por tanto, cuanto mayor sea la letra, de mayor calidad es el producto, aunque más caro, obviamente.
¿Qué sucede en la ITV?
Este código de velocidad es un parámetro que tiene que estar homologado en todos los vehículos. Debe cumplir con las exigencias de cada fabricante según su modelo, pues, si no, como es lógico, pondríamos en riesgo nuestra seguridad.
Según el rendimiento de los vehículos se asocian sus códigos de velocidad. Por ejemplo, la letra Q es la que suelen utilizar los SUV, las V y ZR se destinan a coches de altas prestaciones y la W e Y son para vehículos capaces de alcanzar los 300km/h