¿Qué diferencias existen entre la ITV para eléctricos y para vehículos de combustión?
Una de las diferencias fundamentales radica en que no serán sometidos a las pruebas de emisiones contaminantes.
Las ventajas que ofrecen los vehículos eléctricos no eximen de la obligación de pasar por la ITV como el resto de automóviles que circulan por la carretera.
Por este motivo, al igual que en los coches de combustión, la primera inspección debe realizarse cuando el vehículo tenga cuatro años y, hasta que cumpla diez, cada dos años. Tras este periodo, hay que repetir este proceso anualmente.
Sin embargo, una de las diferencias fundamentales respecto a los coches tradicionales es que no serán sometidos a las pruebas de emisiones contaminantes. Además, cambiarán las comprobaciones referidas al motor y la transmisión, ya que los eléctricos no poseen embrague ni caja de cambios, por lo que no tiene sentido buscar, como en un turismo de combustión, fugas de combustible, pérdidas de aceite o verificar el estado del escape.
Excepto en los mencionados aspectos, el resto de la ITV para un eléctrico será similar a la de un modelo de gasolina o diésel. Así, se comprobará que no tenga oxidación, corrosión o aristas en la carrocería, así como el estado de las lunas, los limpiaparabrisas, los espejos retrovisores y la apertura y el cierre de las puertas.
Además, se observará el interior para verificar el estado de los asientos, los cinturones de seguridad o la visibilidad con la que cuenta el conductor. A esto se suma, la confirmación del correcto funcionamiento de las luces y su orientación, los frenos, los pedales, el freno de mano, la dirección y las ruedas.
Por lo que se refiere al precio por pasar la ITV, este viene fijado por las comunidades autónomas, excepto en Madrid, donde hay libertad de establecido. Hasta el momento, las administraciones no han indicado ninguna rebaja para los eléctricos. No obstante, al comprobar menos elementos algunas ITV han decidido aplicar descuentos de entre el 20 y 30% del precio.