El ingeniero americano revolucionó la industria del automóvil con su sistema, que se sigue aplicando hoy en día
Si hablamos de Earle MacPherson, (no confundir con la supermodelo Elle MacPherson, por favor), hablamos de un ingeniero revolucionario en la industria del automóvil que cambió las suspensiones hasta el punto de que su creación, el sistema MacPherson de suspensión, sigue siendo utilizado hoy en día. Hasta tal punto que un gran número de coches actuales montan esta suspensión y, quizá tu coche monte una suspensión Macpherson y posiblemente ni lo sepas.
Justo al acabar la Segunda Guerra Mundial, Earle S. MacPherson trabajaba para General Motors y le encomendaron un proyecto: el Chevy Cadet. Así nació el germen de lo que sería y es la suspensión MacPherson como la conocemos hoy. Diseñó un coche revolucionario para la época con chasis monocasco y suspensiones con un puntal en ambos ejes.
Lamentablemente, desde el punto de vista económico, el equipo financiero dijo que era un coche caro de fabricar, por lo que se intentó sustituir elementos avanzados como la suspensión independiente trasera por un eje rígido para abaratar costes, pero fue insuficiente y el proyecto fue cancelado.
Fichaje por Ford
A MacPherson no le hizo ninguna gracia que cancelasen su proyecto en GM, algo que llegó a oídos de Ford y lo ficharon como ingeniero jefe. Algo normal, pues cuando se presentó el proyecto del Cadet, se tituló como “El coche que preocupa a Ford”.
Su primer proyecto en la mítica marca americana fue en el Vedette, que adoptó su sistema de uspensión delantera, pero se desestimó por la misma cuestión que el Cadet: escaso margen de beneficios. Después llegaron el Consul y el Zephyr, los primeros coches que llegaron al público con suspensión MacPherson.
Junto a la suspensión, estos modelos incorporaban otros detalles ideados por MacPherson que ya se habían introducido en el Cadet: chasis monocasco, árbol de levas lateral o los pedales suspendidos del tabiler. Estos modelos rápidamente se convirtieron en un éxito y la marca del óvalo empezó a fabricarlos para el mercado australiano.
Su éxito provocó la reacción de fabricantes europeos que al ver estas suspensiones se dieron cuenta de que eran fiables, sencillas, baratas de fabricar y ahorraban espacio, por lo que empezaron a adoptarlas en sus modelos, desde los modelos de entonces hasta los más actuales.
Cabe decir que este sistema de suspensión no es tan eficaz como un sistema multibrazo o los de ruedas independientes, pero hace su función a la perfección a un reducido coste.