Una intersección en una carretera es un punto de crítico donde se encuentran diferentes vehículos con distintas trayectorias. Si a esto le añadimos que no hay semáforos o señales indicativas que establezcan quién tiene prioridad de paso, la maniobra se vuelve mucho más compleja.
Por lo tanto, cuando un conductor se aproxima a una intersección en la que no hay una preferencia señalizada, siempre debe prepararse para saber cómo debe actuar, si detenerse y ceder el paso o continuar la marcha.
¿Qué hacer en una intersección?
- Aproxímate: como conductor debes acercarte lo más próximo viendo con antelación el tráfico, el cruce y sus alrededores, para no ocasionar un accidente y poder seguir cómodamente tu camino. Si estás situado en la aproximación podrás tener una información básica y necesaria de cómo seguir. Sin olvidarte, claro está, de señalizar, situarte en el carril adecuado y con una velocidad moderada que te haga mantener el control del coche.
- Entra: cuando vas a entrar en una intersección, nunca debes olvidarte de mirar a ambos lados, izquierda y derecha, y hacerlo siempre en condiciones óptimas de visibilidad. Pero si debes entrar y eres consciente de que no tienes toda la visibilidad que requieres, debes hacerlo con precaución. Y si no ves perfectamente la circulación transversal, continúa con precaución hasta tenerla. Recuerda: debes ceder el paso siempre a la derecha aunque hay excepciones.
- Gira o continua: la última fase es superar la intersección, bien entrando a una nueva vía, bien continuando por la propia. Con el indicador accionado (intermitente), el conductor debe avanzar con decisión pero extremando la precaución. Si giras a la derecha, deberás estar situado lo más cerca posible del borde derecho de la calzada. Pero si realizas un giro a la izquierda, deberás situarte a la izquierda de la calzada en vías de sentido único o pegado al centro, en vías de doble sentido.
Fuente: Revista Tráfico y Seguridad Vial