Fue una práctica que implementaban los vehículos franceses
Cuando imaginamos los faros delanteros de nuestros coches, el color que se nos viene es el de una luz blanca (o lo más blanca posible). Pero hace tiempo atrás, en Francia, los faros que se instalaban para alumbrar las carreteras eran de color amarillo intenso.
Es posible que los veas en coches antiguos, sobre todo en los de fabricación francesa, en algún vehículo “tuneado” o incluso, aunque sea con otro fin totalmente distinto, puedes verlo en algunos coches de las carreras de resistencia.
Concretamente, se llaman “amarillo selectivo” y desde 1999 están prohibidos en los vehículos matriculados desde ese año.
El bulo de la prevención de una invasión alemana
En noviembre de 1936, Francia emitió una ley en la que recogía que los coches iluminarían sus carreteras con amarillo selectivo y no con blanco. Se creyó que esto era por seguridad, puesto ante una invasión de las tropas alemanas, los vehículos franceses se distinguirían totalmente de los germanos.
Aunque esta creencia estuvo muy en boca de todo el mundo, no fue así, y a pesar de que el gobierno francés no dio explicación alguna del cambio, era fácilmente desmontable por varias razones. Entre ellas, está que los alemanes y toda Europa sabía que en Francia la normativa con los faros era diferente, por eso no era ninguna ventaja, puesto que si quisiesen pasar desapercibidos, podrían montar bombillas de amarillo selectivo. Otra razón es que muchos de los políticos eran afines al régimen nazi de Hitler, con lo que sería ponerse trabas a si mismos.
Por esto, se cree que el motivo para montar este tipo de luces fue meramente el de la seguridad, puesto que una luz amarilla tiene como fuente una lámpara de incandescencia con un filamento de tungsteno. Y ojo, que no solo se montaban delante, sino que las de marcha atrás hasta 1974 también estaban obligadas a ser de amarillo selectivo.
¿Qué ventajas reales tienen?
Llegados a este punto, y fuera de teorías y bulos, sí que es cierto que tienen algunas ventajas frente a la luz blanca, como que producen menos deslumbramiento frente al tráfico contrario ya que es menos agresiva al ojo. Otra ventaja es que aumentan el contraste y consiguen definir más las formas, un efecto que se consigue, por ejemplo, con las gafas amarillas de los conductores. También producen una menor disipación dado que la luz amarilla atraviesa mejor el agua y el vapor y, por último, se distinguen mejor las líneas de la vía.
No obstante, no todo iban a ser ventajas, y por ello a día de hoy están prohibidas en vehículos posteriores a 1999. Entre los inconvenientes, el principal es que emiten menos luz. Esto es porque para que sea de color amarillo tendremos que ponerle un filtro al filamento, con lo que nos absorberá capacidad lumínica. El segundo motivo es que enmascaran los colores, por lo que, si vemos una señal blanca, el color que arrojemos con estos faros será irreal al de la señal, pudiendo confundirla con una señal de obras.
¿Se pueden usar hoy en día?
Hoy en día podemos encontrarnos situaciones en las que se usan. Una es la competición. Mucha gente cree que es porque estas luces dan más luz, por lo que, para los circuitos, sin iluminación y a esas velocidades es mejor tener cuanta más iluminación, mejor. Pero no es así, ya que la única razón para que se usen es la diferenciación entre categorías de vehículos que corren una misma prueba, como por ejemplo, en Le Mans, con los vehículos prototipo y los GT.
El otro caso donde puedes verla es en coches anteriores a 1999. Si tienes un vehículo anterior al 26 de julio de ese año podrás instalar luces de amarillo selectivo sin problema.