Este pequeño desajuste no es aleatorio y las marcas lo hacen intencionadamente
El hecho de que el velocímetro marque una velocidad cuando nosotros realmente vayamos a otra, no quiere decir que esté mal nuestro cuadro y que tengamos que ir a repararlo, sino que el desajuste está provocado y se hace por una razón.
El hecho de que nuestro coche no marque la velocidad real tiene una justificación, y es que habrás podido comprobar que si vas con el GPS, la velocidad que marca es diferente a la que aparece en las agujas del velocímetro.
Pero esto no es algo casual, sino que ocurre en todos los coches, independientemente de su marca y modelo, y da igual si los velocímetros son digitales o de aguja.
Y es que por ley un vehículo no puede reflejar una velocidad superior a la que realmente circula, por lo cual siempre marca una cifra inferior a la que realmente va. De este modo las autoridades pueden asegurarse de que circulamos más despacio.
Un 10 % de la diferencia
Pero no es solo para que las autoridades nos hagan circular más despacio, sino que también los fabricantes pueden protegerse a ellos mismos, ya que si un coche tiene un accidente a mayor velocidad de la que marcaba su velocímetro podrían enfrentarse a una gran demanda.
Así pues, a través de la normativa europea UN ECE Regulation 39, la unión europea estipula en su artículo número cinco, que la velocidad que marque un velocímetro deberá ser inferior a la velocidad real a la que se circula con un margen de error máximo de un 10 %.
Explicando lo de una manera más sencilla y aplicándolo a cualquier ejemplo práctico, quiere decir que si circulamos a 120 km/h, que es el límite máximo de velocidad en un autovía en nuestro país, realmente no estaremos circulando a esa velocidad aunque sea lo que nos marque el velocímetro, sino que lo estaremos haciendo algo más despacio. Concretamente un 10 %, con lo cual estaremos circulando a una velocidad de 108 km/h.