El bicampeón del mundo tenía otros planes antes de subirse a una moto
Álex Márquez es conocido por todos. Además de ser el hermano del laureadísimo Marc Márquez, el menor de la saga también ha sido campeón del mundo en dos ocasiones: Moto3 en 2014 y Moto2 en 2019. Un palmarés que le avala por si mismo como uno de los pilotos con más talento de la parrilla del mundial de motociclismo. Pero antes de estar en lo más alto, rodar con las motos más rápidas del mundo y coger curvas a velocidades de infarto, Álex Márquez tenía unos sueños mucho más humildes.
Como un hermano mayor es digno de admirar por su hermano pequeño, Álex empezó a ver a Marc subirse en la moto. El no corría, sino que le acompañaba a las carreras junto a su familia y veía cómo su hermano volaba por la pista.
El pequeño de los Márquez, a pesar de ir en moto desde pequeño, igual que su hermano, no tenía pensado competir en el mundial. Álex quería ser el mecánico de Marc e ir con él por los circuitos, siempre y cuando se pudiese: “En un principio mi idea no era ser piloto, solo quería ir a los circuitos a ver las motos y acompañar a mi familia, y si podía, ser en un futuro el mecánico de Marc”.
Obviamente, el futuro de Álex Márquez se quedó fuera del box y saltó a la pista para deleitar a todos los apasionados de las motos con un pilotaje del más alto nivel y dos campeonatos del mundo más para el motociclismo español.