Desde Da Vinci hasta nuestros días, y desde girar las ruedas hasta el GPS, el rodamiento es una pieza fundamental en todos nuestros coches.
Como es lógico, no somos capaces de imaginarnos un coche sin ruedas. Pues algo tan básico como la rueda y que hace que nuestro automóvil tome esta palabra son los rodamientos. Pues sin ellos, la rueda no podría girar, aunque hoy en día sus utilizaciones van mucho más lejos.
El rodamiento se encarga de aumentar la velocidad de desplazamiento y de disminuir los problemas de fricción. Su función principal es transmitir movimiento y facilitarlo, aunque también pueden absorber cargas y emitir fuerza.
Y su utilización no queda limitada a los vehículos, sino que se utilizan en todo tipo de maquinaria, como explican desde Elige Calidad, Elige Confianza (ECEC), iniciativa de Sernauto.
De Leonardo Da Vinci hasta hoy
En su tiempo, ya el gran Da Vinci diseñó una pieza que asentaría las bases del rodamiento como lo conocemos hoy, desarrollando separadores entre las piezas para que girasen con menor fricción. No obstante, fue durante la Revolución Industrial, donde el rodamiento se adapta a todo el auge tecnológico, al desarrollo de la industria y, a la vida de la época.
Más tarde, en el siglo XX, el ingeniero sueco Sven Gustav Wingqvist lo patentó en el entorno del automóvil dada su importante labor en el funcionamiento de estos.
Hoy en día son componentes estrechamente ligados a los neumáticos, única parte del vehículo que está en contacto con el suelo y que, por tanto, los hace esenciales para mejorar su eficiencia y seguridad, aunque no son su única función.
Desde ECEC explican que “la mayoría de vehículos están equipados con rodamientos que proporcionan información auxiliar para el sistema anti-bloqueo de frenado (ABS), el sistema de control de tracción (TCS) o el sistema de control de estabilidad (ESP), así como al GPS o al freno de aparcamiento eléctrico, lo que aumenta su carácter de componente de seguridad”.
El buen funcionamiento de un rodamiento depende de su calidad y la de sus componentes, algo que está en una mejora constante debido a la innovación en sus materiales y de sus tratamientos, optimizando su fijación, lubricantes, reducción de fricción y peso. Estos son conceptos clave para que además de un rendimiento óptimo se reduzcan las emisiones y ahorremos en combustible.