La última modificación de las normas que rigen la ITV supone cierto endurecimiento de la inspección, especialmente en lo que se refire al estado de los espejos retrovisores y el funcionamiento del ABS.
Sin embargo, hay otros elementos que podríamos descuidar en nuestro coche, con el inevitable resultado de una ITV desfavorable y todo lo que implica. Son los desperfectos de la carrocería. Algunos son fáciles de pasar por alto, y pueden darnos una sorpresa desagradable.
El estado de la carrocería al pasar la ITV
La última versión del Manual de Procedimiento de Inspecciones de ITV, publicado el pasado 1 de junio, recoge los objetivos de la inspección, referidos en concreto a la inspección de carrocería y chasis:
Los vehículos deben estar construidos y equipados de forma que no tengan en su exterior, adornos u otros objetos con aristas salientes que presenten peligro para sus ocupantes o para los demás usuarios de la vía pública, aun cuando el vehículo esté detenido.
Además, todos los componentes de la carrocería y el chasis del vehículo deben encontrarse en buen estado en cuanto a su integridad y sujeción. Por tanto, la carrocería debe estar libre de defectos que puedan afectar a la integridad del vehículo o a la seguridad de las personas.
La inspección de la carrocería y otros elementos estéticos del vehículo se lleva a cabo de forma visual. Para comprobar puntos conflictivos, como la presencia de óxidos, se establecería contacto físico —se aplicaría presión sobre la carrocería con la mano o una herramienta—.
En cualquier caso, esta inspección está sujeta en gran parte al criterio del inspector, que es quien determinará si los defectos son graves o leves, y por tanto, si el resultado de la ITV es favorable o desfavorable.
Defectos en la carrocería que hacen que suspendas la ITV
Uno de los puntos en los que más hincapié se hace es en el presencia de aristas vivas o cortantes. Estas aristas pueden estar originadas por un golpe a baja velocidad, y suelen estar presentes en paragolpes rotos o rajados. Se consideran defecto grave.
Si elementos como los paragolpes presentan riesgo de desprendimiento o están incorrectamente fijados, también incurriríamos en un defecto grave. En plata: no podemos llevar piezas del exterior del coche sujetas con bridas o cinta americana.
No obstante, una abolladura o un rozón causado por la columna de un aparcamiento no son considerados defectos graves, ya que no ponen en peligro a nadie. Esta norma es aplicable a las molduras de la carrocería, que deben estar correctamente sujetas a la misma. No obstante, estos golpes pueden acabar creando óxido que dañe la estructura, de ahí, la importancia de reparar esos daños lo antes posible.
En cuanto a elementos como el parabrisas, no debe contener impactos o fisuras en el campo directo de visión del conductor, y tampoco rajas en su superficie. Superficie que debe ser correctamente barrida por los limpiaparabrisas, cuyas escobillas deben estar en buen estado.
Es igualmente importante que el lavaparabrisas funcione. Una escobilla desprendida o que no barra el campo de visión suficiente es un suspenso directo en la inspección. Todas las puertas del coche deben abrir y cerrar correctamente, estando sus cerraduras y bisagras en buen estado. Si una puerta está descuadrada o la bisagra está oxidada, podríamos no superar la inspección.
Por último, las ITV son exigentes con el óxido. Aunque en España no suele suponer un problema, como decíamos antes, nuestro vehículo puede desarrollar puntos de óxido, que se originan por fallos en la pintura o golpes, y si no se reparan pueden a la larga comprometer la integridad del panel de la carrocería, o incluso del propio chasis del vehículo.