A pesar del endurecimiento de muchas sanciones con la recién aprobada Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, cuyo grueso entrará en vigor en marzo de 2022, las medidas propuestas no serán, según los expertos, suficientemente efectivas por si mismas si no se trabaja continua y reiteradamente sobre el factor humano y la modificación de conductas erróneas y reincidentes.
¿Cómo se puede hacer esto? Mediante la concienciación y sensibilización en la fase formativa de los conductores o intervenciones específicas en los casos más graves de reincidencia en delitos viales.
Y es que según los informes policiales de los accidentes en vías urbanas, la distracción (26%), no mantener distancia de seguridad (19%), la velocidad inadecuada (18%), no respetar las normas de prioridad (15%) y el consumo de alcohol (11%) son las principales causas de accidentes. Motivos que, en el caso de los accidentes mortales, la distracción (33%), velocidad inadecuada (26%) y alcohol (25%) concentran mayores porcentajes.
«Estos datos nos indican que existe una reincidencia en estos comportamientos de riesgo y que las actuales políticas y medidas siguen sin dar una respuesta eficaz al problema, por lo que quizá debamos plantearnos realizar las cosas de otra manera o intervenir de una manera más específica sobre las conductas reincidentes. No podemos aplicar los mismos programas para todos pues la etiología de los conductores reincidente es diferente” apunta José Ignacio Lijarcio, Investigador del INTRAS en la Universitat de Valencia.
Perfil y conductas de un conductor reincidente
El perfil del reincidente vial es el de un hombre, de mediana edad, con más de 10 años de carné y mayoritariamente sancionado por exceso de velocidad. En este sentido, uno de cada tres delitos que se comete en España es contra la Seguridad Vial. En 2019, por ejemplo, se dictaron más de 86.000 condenas de este tipo (un 81% del total), por conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas.
Además se estima que un 43% conduce habitualmente por encima de los límites de velocidad; 7 millones (26%), reconocen no respetar la distancia de seguridad; 3,7 millones (14%), conducen hablando por el móvil, y 2,8 millones (10%), confiesan hacerlo bajo la influencia del alcohol. Sin embargo, solo el 22% de ellos reconoce haber sido sancionados alguna vez.
Por otra parte, cerca de 220.000 conductores (0,8%) admiten circular por autovía a 200 km/h o más y 245.000 (0,9%) que lo hacen en zona urbana a una velocidad de 110 km/h o incluso por encima. Un total de 355.000 personas (1,3%) reconocen que en el último año han conducido bajo los efectos de un consumo elevado de alcohol, drogas o ambas cosas y 328.000 (1,2%) sin haberse sacado siquiera el carné.
La ONU, por la Seguridad Vial
La Asamblea General de las Naciones Unidas ha proclamado la década actual como la Segunda Década de Acción para la Seguridad Vial, buscando prevenir el 50% de las muertes y traumatismos causados por el tráfico entre 2021 y 2030.
Desde septiembre de 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) adoptó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, compuesta por 17 Objetivos. Dos de ellos se refieren explícitamente a la seguridad vial: 3.6. Reducción de víctimas mortales en carretera, y 11.2., Seguridad vial urbana: acceso a sistemas de transporte seguro, asequible, accesibles y sostenibles para todos.