Es algo común en los coches y en principio no es un síntoma de avería, aunque conviene asegurarse de ello.
Los coches que equipan motores térmicos pueden darnos mucha información de su estado si hacen algún ruido fuera de lo común, por las vibraciones o simplemente por el color del humo que puede salir por el tubo de escape.
Sin embargo, en ocasiones no es humo lo que los conductores pueden ver por el tubo de escape de sus vehículos, sino que estos arrojan al exterior agua. Pero, si solo deben expulsar gases, ¿qué significa que también salga agua por nuestro escape?
No debe suponer averías
La razón de que haya agua en el tubo de escape, se limita simplemente a una cuestión química. Esto es porque el agua está presente de manera común en la naturaleza de los cuerpos así como en el aire que respiramos, algo que es importante, ya que la humedad se produce por el vapor de agua que está en la atmósfera.
Si nos centramos en la parte mecánica de un coche, los motores de propulsión funcionan gracias al combustible, a una chispa y al aire, por lo tanto, en los ciclos de un motor, ya va a encontrarse cierta cantidad de agua. Además, los combustibles también tienen en su composición moléculas de agua.
Así pues, cuando se arranca el coche, las moléculas de hidrógeno, con las que puede haber de oxígeno en los cilindros, producen como resultado que el escape de nuestro vehículo expulse gotas de agua hasta que los componentes se calienten.
Esto no quiere decir que nuestro coche esté sufriendo una avería, ya que es una cuestión química que este fenómeno se produzca. Dejará de expulsarla cuando todos los componentes funcionen a una temperatura idónea.
Así pues, si el motor está caliente y nuestro vehículo sigue echando gotas por el tubo de escape, puede significar que la junta de la culata de nuestro coche esté mal estado, o bien que la propia culata tenga una grieta provocando que el refrigerante llegue al sistema de escape y salga por el silencioso.