Uno de los grandes empeños de la Dirección General de Tráfico (DGT) es, desde hace años, que estemos atentos a la carretera cuando nos ponemos al volante. Y que las estadísticas oficiales demuestran por qué: sólo en 2020 más de 300 personas perdieron la vida en el asfalto por falta de atención (casi un tercio —el 31%, para ser precisos— de los accidentes mortales).
Si no perder la atención debería estar grabado a fuego en los conductores (incluso en los peatones), la exigencia es aún más importante cuando nos movemos por «puntos negros», aquellos tramos en los que son más frecuentes los siniestros ¿Sabes dónde están?
Para localizarlos, el Ministerio de Transportes los recopila en su Anuario de Accidentes en las Carreteras del Estado, cuya versión más actualizada, incluye los datos recabados en 2020.
Puntos a reforzar la atención
Las estadísticas se centran en las infraestructuras de la extensa Red de Carreteras del Estado, lo que incluye vías nacionales, autovías y autopistas de peaje —incluso las gestionadas por una empresa concesionaria, como la AP-9— que dependen de la administración central .
A lo largo de su análisis los técnicos dedican un amplio capítulo a aquellos tramos de un kilómetro en los que se registra al menos tres accidentes con heridos al año.
La mayoría dejan un balance discreto, de menos de cinco siniestros en 12 meses; pero en la lista hay algunos tramos de 1.000 metros que destacan por la cantidad de sucesos que concentran. Son los «puntos negros» del mapa.
A la cabeza, en 2020, al menos por número de siniestros, se situó el punto kilométrico 0 de la A-49, autovía del V Centenario, en Sevilla. Durante 2020 las autoridades registraron allí 23 accidentes que dejaron un saldo de 37 heridos, todos leves.
En la lista le siguen el inicio de la A-77a y el punto kilométrico 14 de la B-23, en Alicante y Barcelona, respectivamente, con un saldo de 20 siniestros cada una. En el ‘Top 20’ de los ‘puntos negros’ del año del COVID-19 la provincia catalana vuelve a aparecer en varias ocasiones, con tramos conflictivos repartidos por la AP-7, B-23, A-2 y N-340. También repite Madrid, con «puntos negros» importantes en la M-40, A-1 y A-4.
En todos los casos, el Ministerio de Transportes habla únicamente de accidentes con víctimas, una categoría en la que incluye desde personas con lesiones leves, a heridos de gravedad o incluso fallecidos. Con ese criterio se quedarían fuera los sucesos que solo dejan daños materiales.
El caso de la A-55
En el listado se mantienen también clásicos como el PK 12 de la A-55, la Autovía del Atlántico, situada en la comarca de Vigo, que entre 2016 y 2020 registró un centenar de accidentes con lesionados.
Desde hace varios años organizaciones como la Asociación de Automovilistas Europeos Asociados (AEA) alertan de la peligrosidad del punto, muy condicionado por su trazado zigzagueante y la elevada densidad del tráfico. Entre 2015 y 2019 AEA contabiliza allí, de hecho, 108 siniestros con 194 víctimas.
El informe de Transportes deja también otro dato significativo, el Índice de Peligrosidad (IP) de cada ‘punto negro’, un valor que tiene en cuenta por ejemplo la densidad del tráfico. Entre los tramos con mayor cantidad de accidentes destaca en ese caso la A-77a, con un IP que roza los 190.
Por provincias, las que registraron más accidentes con víctimas fueron Madrid, con 913, seguida de Barcelona (745) y Valencia (492), Alicante (454), Tarragona (327) y Pontevedra (294).
Otro dato relevante es el que muestra cómo no respetar la distancia de seguridad con el resto de vehículos o las distracciones siguen siendo factores comunes detrás de los siniestros.