Así debemos actuar para tratar de salvar nuestro vehículo si ha sufrido una inundación
Como consecuencia de las fuertes lluvias que se han dado durante los últimos días de mayo en nuestro país, muchas carreteras se han visto desbordadas por el curso del agua y ha habido que cortar su circulación a los vehículos.
Por otra parte, muchos de los coches que se han visto en el lugar donde la lluvia caía con más fuerza han llegado a quedar prácticamente cubiertos por el agua en cuestión de minutos, e incluso han sido arrastrados por las riadas que se han originado.
Y ante esta situación, muchos de esos vehículos pueden llegar a sufrir graves averías o quedar inservibles, dependiendo de hasta donde les haya llegado el caudal, dado que si el agua entra en el motor, el coche puede quedar inservible.
Por eso, el primer consejo que debemos tomar como nuestro es que si nuestro coche se ha visto en una de las inundaciones de estas últimas semanas, no tratemos de arrancarlo aunque creamos que ya no tiene agua. Lo mejor será llamar a taller para ver si se puede reparar.
Las piezas que pueden romperse por el agua
Cierto es que si nuestro coche carece de componentes electrónicos o cuenta con los esenciales, será más probable que pueda repararse. El mayor daño, si se ha producido por el agua, estará en la cámara de combustión del motor y este será el más difícil de recuperar.
Por otro lado, también debemos comprobar componentes mecánicos como son la caja de cambios o la cremallera de dirección, así como otros eléctricos, como el motor de arranque, el alternador o el compresor.
En cambio, si tenemos un coche actual con numerosísimos componentes electrónicos, en cuanto el agua llegue a la parte baja de los asientos, se considerará que no tiene reparación. Esto es porque muchos de la electrónica de estos vehículos, como los pretensores de los cinturones, los sensores del vehículo y demás, están colocados bajo los asientos, por lo que en cuanto les entre agua se verán afectados.
Hay que explicar que sí que tienen reparación, sin embargo, arreglar todos estos componentes, si se han roto, puede suponer un precio mucho mayor que el que supondría comprarse otro vehículo.
Sin embargo, antes de evaluar la opción de desechar nuestro coche, como hemos dicho al principio, lo mejor será no tratar de arrancar el vehículo y llevarlo en una grúa hasta un taller para que nos indiquen si es posible salvarlo y qué componentes necesitan repararse, sustituirse, etc.