Hablar de ataques informáticos en un coche era algo que pocos podían imaginar hace apenas diez años, pero los modelos que se venden en la actualidad ya están conectados a Internet en su mayoría, aunque sólo sea por el sistema e-call de llamada de emergencia.
Y una vez que estamos en la Red, ya estamos expuestos a ataques y las consecuencias pueden ser muy variadas, desde que nos roben datos personales como la agenda del teléfono hasta hackear el propio vehículo.
En la actualidad, apenas un 20% del parque está conectado, por lo que esta modalidad de vehículos tiene todavía largo camino por recorrer. Las previsiones de Ganvam muestran que en poco más de cuatro años, tendremos el 35% del parque conectado y en 2030, alrededor del 40%. Para esa fecha, el 100% de los coches de menos de cinco años estará conectado.
Coches y ciberataques
Ante tanta conectividad, llega la gran pregunta ¿son vulnerables los coches a los ‘hackers’? Según Faconauto, en 2021 se batieron todos los récords de ciberataques a vehículos de todas las marcas y todos los países, algo lógico si tenemos en cuenta que antes había menos coches conectados que ahora.
Por este motivo, es de suponer que los ciberataques a los coches no paren de aumentar a medida que aumenta el parque de vehículos conectados y la mayor conexión de estos. Es más, la ciberseguridad no atañe exclusivamente a los vehículos, también a las infraestructuras.
Básicamente de lo que se trata, por explicarlo con un ejemplo concreto, es que un semáforo se pueda comunicar con los coches que hay en ese cruce y que tanto los vehículos como el semáforo se sincronicen de forma óptima para regular el tráfico y también reducir las posibilidades del que el conductor se lo salte en rojo. Bien, pues un hacker podría atacar tanto al coche como al semáforo y formar el caos.
Ciberseguridad: el nuevo reto del automóvil
Protegerse frente a los ataques informáticos se ha convertido en la actualidad en una necesidad cada vez más importante. Las consecuencias de que un extraño pueda saltarse las barreras de seguridad de un coche conectado pueden ser gravísimas, desde el robo de datos personales hasta incluso la manipulación del propio vehículo.
No en vano, hoy en día desde la dirección hasta los frenos están controlados por unidades de mando electrónicas que podrían quedar expuestas a ataques al estar el coche conectado a la red.
El coche 100% conectado es necesario para llegar al objetivo 2050 de cero víctimas mortales en accidentes de tráfico. Además, para que el coche autónomo tenga éxito, es necesario que cada vehículo comparta con los demás y con la propia vía por la que circula toda la información sobre posición, velocidad, ruta programada, etc. Todos esos datos se tienen que poner en común en una red que debe garantizar su propia seguridad y estabilidad y este es uno de los mayores retos a los que se enfrenta la automoción ahora y en el futuro.