Esta pieza está comenzando a ser sustituida por cámaras de última tecnología
Es cierto que la innovación en el mercado de los coches hace que numerosos componentes vayan desapareciendo y lleguen nuevas aplicaciones tecnológicas para ocupar su lugar. Algunos pueden ser algo obvio, como el paso de un radiocasete de coche a un equipo multimedia con conexión a nuestro smartphone, por ejemplo.
Tanto han evolucionado los sistemas que podemos encontrar en un coche gracias a la tecnología que de los sistemas mecánicos de antaño, como que la ventanilla triangular de las puertas delanteras para orientar el aire frío en esos días de calor veraniego ha dejado paso a un completo sistema de climatización para no solo garantizar un máximo confort en el habitáculo, sino que además el coche sea eficiente.
No obstante, dentro de estos cambios que lógicamente vienen dados con el tiempo, podemos decir que son sencillos de implementar porque no afectan de una manera directa en la conducción. Pero otros, quizá todavía se nos hagan raros de ver, como la pieza que nos ocupa hoy. Y es el caso de la sustitución de los espejos retrovisores por cámaras y pantallas para ver lo que ocurre por detrás de nosotros.
Los nuevos ‘espejos’ retrovisores
También los espejos han ido evolucionando progresivamente con el avance de la tecnología y la seguridad. Como el hecho de incorporar un segundo retrovisor derecho o el propio retrovisor del interior del coche. Atrás quedaron también esos tiempos en los que el botón eléctrico de la regulación era cuando tenías que pedirle al conductor que regulase el espejo derecho.
Sin embargo, en la evolución que ahora toca es mucho más compleja, ya que el espejo se sustituye por una cámara que va orientada hacia atrás para captar todo lo que ocurre mientras que dentro del habitáculo, situadas en las puertas se pueden encontrar dos pantallas para ver lo que está ocurriendo a un tamaño mucho mayor y con mejor calidad.
Estas cámaras capturan las imágenes que perciben y las transmiten en tiempo real hacia las pantallas situadas en las puertas o en los extremos del salpicadero. Además, para evitar los clásicos deslumbramientos o la suciedad del espejo, el sistema equilibra el brillo de la pantalla en función de la luz que haya fuera del coche.
El conductor, además, puede configurar si desea ver o no lo que está ocurriendo por detrás en formato panorámico, algo que según indican las marcas que los instalan reducen hasta un 15% los ángulos muertos del coche. Y también ofrecen una mayor visibilidad a la hora de dar marcha atrás.
Por supuesto, equipan sensores para evitar deslumbramientos y la pérdida de visión causada por la suciedad el frío o la niebla, lo que hace que el sistema sea mucho más cómodo al mirar que los clásicos espejos. Sin embargo, quizá a aquellos que utilizan los espejos desde hace ya muchos años, este cambio, al igual que siempre que se da un salto tecnológico, sea algo difícil de acostumbrarse.