Puede ser algo complicado si estás acostumbrado una transmisión manual
Aunque cada vez más vehículos, debido a la electrificación de los motores, cuentan con una caja de cambios automática, para muchos conductores, puede ser algo complicado si vienen de una transmisión manual.
Y es que puede parecer que el hecho de no tener que cambiar de marchas y tener un pedal menos que accionar mientras vamos al volante nos facilita la conducción. Esto es real hasta cierto punto, pues si no estás acostumbrado, puede que no lo hagas con toda la seguridad con la que conducirías un coche de marchas.
Conducir un coche automático
Por esta razón, y para evitar sustos en la carretera, te dejamos una serie de consejos a la hora de sentarte ante un vehículo automático para que puedas conducir con total y absoluta seguridad.
- Las posiciones de la palanca son diferentes, ya que en este caso no habrá números. Esta vez, la palanca o el mando que tenga el vehículo llevará siempre las letras de P, D, N y R. La P significará parking, que es la que tendremos que activar cuando estacionemos. La D será Drive o Directa, que será la posición para ir hacia delante. La N es Neutral o punto muerto, útil para un lavadero automático o si nos tienen que remolcar y la R es Reverse, o marcha atrás. También puede ocurrir que el coche tenga una posición S que no será otra cosa que el modo Sport.
- También es importante que conduzcas solo con el pie derecho. En un coche manual encontramos tres pedales, y el pie izquierdo es el encargado de accionar el embrague. Aquí, como no existe este pedal, debemos olvidarnos de nuestro pie izquierdo, tanto como si no lo tuviéramos. Esto es porque al no tener sensibilidad a la hora de pisar con el pie izquierdo podemos accionar el freno y que el frenazo sea tremendamente grande, hasta el punto de que un coche pueda darnos por detrás o que nos pegue un tirón cervical. Para evitar tentación de pisar el freno con el que izquierdo, trata de doblar tu pierna lo máximo posible hasta ponerla casi debajo del asiento y así conducirás solo con el pie derecho.
- También debes tener cuidado con las maniobras, y es que al no haber embrague, el acelerador puede funcionar de una manera un tanto brusca y provocar que des un golpe a los coches cuando quieres aparcar. En estos casos, basta con soltar el freno para que el coche se empiece a mover, algo que es muy útil hasta que empiezas a sensibilizarte con el tacto del acelerador para hacer la maniobra de una manera más eficaz.
- Vigila el mantenimiento de la caja de cambios, pues es muy frecuente que, si no se cambia el aceite de estas transmisiones de manera periódica, cada 60.000 km aproximadamente, la avería puede ser de gran importancia y de un coste mucho mayor que el cambio de fluidos.