El popular móvil de los 2000 esa hora, una herramienta para los amigos de lo ajeno
El ingenio y las nuevas tecnologías cada vez más accesibles para todos son las herramientas, cada vez más populares entre los ladrones de vehículos, que ven que con los diferentes dispositivos que tienen a su alcance pueden romper la seguridad de los coches y llevárselos sin causarles apenas daños, sin hacer ruido y de una manera realmente rápida.
Entre estos últimos métodos que utilizan para robar los coches, destaca uno que nos evoca a comienzos de siglo por el aparato que se utiliza para desbloquear el arranque del vehículo. Nada más y nada menos que el mítico Nokia 3310.
Cómo robar un coche con un 3310
El icónico teléfono que vio la luz a principios del año 2000 y al que todos sus propietarios en mayor o menor medida pasaron alguna que otra hora jugando a la serpiente, es el terminal elegido por los ladrones para ocultar la tecnología necesaria que requieren para desbloquear los sistemas de seguridad de los coches y poder robarlos, dado que pasa desapercibido en cualquier situación, quitando la vista de algún nostálgico que diga “aún conservas un 3310”.
El teléfono, que en realidad no lo es, sino que solo guarda su apariencia y que permite conectarse a un vehículo mediante USB para piratear su seguridad y desbloquearlo, entre sus posibilidades ofrece clonar la llave del coche que se vaya a robar reconociendo al propio teléfono como esta, y permitiendo que se ponga en marcha en cuestión de segundos, sin ningún tipo de problema.
Es un método sencillo para los ladrones, ya que solo tienen que acceder al interior del vehículo y una vez allí esperar pocos segundos a que el móvil haga todo el trabajo por ellos.
Además, estos dispositivos son fáciles de encontrar, y sus precios pueden ir de 2.500 hasta 18.000 €, lo que hace que con pocos vehículos sustraídos los ladrones los amorticen rápidamente.