Con la llegada del invierno y la caída generalizada de las temperaturas, la seguridad en carretera cobra más importancia si cabe y estar preparados y prevenidos puede ahorrarnos muchos sustos cuando estemos al volante.
En este sentido, uno de los mejores hábitos para mejorar nuestra seguridad vial, es usar neumáticos de invierno, al menos, entre los meses de noviembre y marzo, pues los compuestos utilizados en los neumáticos de verano comienzan a endurecerse a 7°C, reduciendo su agarre.
Por ello, la recomendación de los expertos es que aquellos conductores que vivan en zonas donde el termómetro baje de esa temperatura deberían recurrir a neumáticos de invierno o, en todo caso, all-season o ‘todo tiempo’.
Y es que estos neumáticos tienen un compuesto de goma diferente que proporciona una mejor adherencia y rendimiento de los frenos en el frío; y los flancos también tienen una estructura especial para las carreteras húmedas y frías, el hielo y la nieve.
Una buena costumbre que, sin embargo, aún no son muchos los españoles España los que la practican: apenas tienen un 3% de cuota de mercado, cuando la media europea se sitúa en el 30%.
Errores a evitar con los neumáticos de invierno
No obstante, si eres de los que apuesta por ellos o eres de los que se lo está pensando (no lo dejes más), toma nota de estos errores a evitar para alargar la vida útil de los neumáticos de invierno de tu coche.
Guárdalos correctamente de la primavera al otoño
Antes de montarlos en tu coche, si no son nuevos, habrán pasado una larga temporada almacenados. Si no los has confiado a un experto (muchos talleres los guardan para sus clientes).
Una vez los hayas desmontado (lo ideal, con llanta), lávalos con manguera a presión y sécalos bien antes de guardarlos en un lugar fresco y no muy seco (garaje, trastero…). Evita dejarlos en posición vertical (apílalos uno encima de otro o usa un soporte).
En cambio, si los almacenas sin llanta, haz justo lo contrario: deben mantenerse en posición vertical, rotándolos al menos una vez al mes,para evitar deformaciones o daños estructurales.
No los uses en verano
En cuanto llegue el buen tiempo (abril o mayo, como mucho) sustitúyelos por los convencionales de verano. Piensa que los de invierno, con temperaturas superiores a 7ºC (cuanto más altas peor) se desgantan rápidamente, son menos precisos (dirección, frenada, curvas, aceleración…) cuando se enfrentan a condiciones más cálidas, y son menos eficientes por lo que aumenta el consumo de combustible.
Comprueba su presión a menudo
En invierno la presión de los neumáticos debe comprobarse con regularidad, ya que las bajas temperaturas provocan una reducción de la presión de los neumáticos, disminuyéndola entre 0,07 y 0,14 bares por cada 10°C. Piensa que la presión correcta de los neumáticos no sólo proporciona el agarre y la tracción necesarias a la carretera, sino que también reducen el consumo de combustible y, por tanto, las emisiones de CO2.
No hagas un uso incorrecto de los neumáticos
El cambio de neumáticos es importante para la seguridad de la conducción en invierno cuando se utilizan estos neumáticos, pero también lo es una correcta conducción. Para garantizar un uso sostenible y, sobre todo, seguro de los neumáticos, adopta un estilo de conducción precavido en invierno, evitando aceleraciones y frenazos bruscos para preservar la banda de rodadura.