Un neumático mal gestionado o desechado en un vertedero puede tardar más de 1.000 años en desaparecer y en nuestro país, cada año, más de 300.000 toneladas de este producto se suman a las filas de los residuos.
De ahí la importancia de llevar nuestro vehículo a un taller de confianza donde el tratamiento de los residuos generados se hace con todas las garantías legales y en favor del medio ambiente.
Y es que los avances de la tecnología permiten darle a los neumáticos una segunda vida tan dispar como imaginativa, convertido en todo tipo de complementos textiles o decorativos, pistas deportivas, aislantes acústicos, carreteras, parques infantiles o biogás, tal y como cuentan desde TNU.
Tanto en forma granulada como en polvo, el caucho reciclado es utilizado en sectores de diversa índole y muy especialmente en los ámbitos de la obra pública, convirtiéndose en un material de gran valor ecológico.
Traviesas ferroviarias
Uno de los últimos usos creados para el caucho procedente de NFU y que vienen a sumarse a esta larga lista de innovaciones, es la utilización del polvo de neumático para la fabricación de traviesas ferroviarias.
Greenrail es una empresa italiana que fabrica traviesas de ferrocarril similares a los durmientes tradicionales, pero 100% sostenibles ya que están fabricados con una mezcla al 50% de caucho de neumáticos fuera de uso y 50% de plástico reciclado.
Esta solución tiene un triple impacto ambiental positivo, por un lado, el reciclado del caucho de neumáticos fuera de uso y de la basura plástica y por el otro, la reducción de la tala de árboles.