La admisión de un coche es el primero de los ciclos de un motor de cuatro tiempos: admisión, comprensión, explosión y escape. Es decir, en cuanto se pone en movimiento aún no se ha mezclado el aire con el combustible en la cámara de combustión para que se pueda mover el pistón y genere el primer movimiento del motor.
En este proceso de espera es cuando se introduce la mezcla en el cilindro mientras la válvula de escape está cerrada y el cigüeñal ya ha dado media vuelta. Pero la admisión variable se trata de otra cosa.
¿Qué es la admisión variable? ¿Cuál es su función?
Desde los 90 hacia adelante han aparecido motores de combustión cada vez más modernos. Éstos incorporan elementos y mecanismos que se encargan de conducir el aire de fuera hacia el interior de las cámaras de combustión. Pero no de la misma forma siempre, puesto que varía el recorrido que hace el aire antes de entrar en los cilindros en función de la demanda de potencia.
De este modo, la admisión variable es una tecnología de colector que permite variar cómo circula el aire por el conducto de admisión para optimizar la potencia y el par en todo el rango de funcionamiento de la velocidad de giro del motor.
De igual forma, ayuda a reducir el consumo de combustible, al combinar una pareja de puertos de admisión separados y controlados por una válvula, la cual se ocupa de hacer que el recorrido del aire sea más largo o más corto.
Uno de los diseños más populares es modificar la longitud del tubo por donde circula el aire de admisión hacia el cilindro. La función esencial de este sistema es cambiar el volumen de aire que el colector es capaz de introducir en cada cilindro. Con esta solución se garantiza la velocidad de entrada de aire más alta posible y el llenado adecuado del cilindro en todas las revoluciones del motor, cumpliendo el requisito de dar prioridad al par motor a bajas revoluciones y a la potencia máxima en altas.
Qué mecanismos pueden aumentar los gases
Existen otros mecanismos destinados a aumentar la turbulencia de los gases en la búsqueda de mejorar la mezcla de combustible y su combustión. Estos sistemas suelen contar con una válvula que decide cuánto aire pasa a cada una de las válvulas de admisión.
Esta válvula permanece cerrada siempre que nuestro pie derecho solo se apoye levemente sobre el pedal del acelerador, puesto que su función es provocar que el aire que entra por las demás válvulas lo haga generando una turbulencia.
Esto ayuda a distribuir el combustible en los cilindros y hacer una mezcla homogénea entre este y el aire; ayudando a iniciar el proceso de combustión, a minimizar la explosión del motor y a facilitar los cuatro tiempos. Si bajan las revoluciones, el aire irá por un recorrido más largo y con un límite de capacidad, mientras que, a altas revoluciones, el camino es más corto y por lo tanto entra mucho más aire en la cámara.
Asimismo, una ruta de admisión variable puede generar un ligero efecto de presurización similar a un sobrealimentador de baja presión, sin embargo, este efecto solo ocurre en una banda muy estrecha de velocidad.
Por otra parte, una admisión variable puede crear dos o más puntos calientes para aumentar la potencia del motor. Si aumenta la velocidad del aire, la presión dinámica también lo hará. Por eso, la presión debe ser proporcional a la velocidad que entra.
En este sentido, es importante que se optimice el aire que llega por la admisión según los criterios del motor para acelerar o mejorar su eficiencia al circular.