Como bien sabrás, el calor repercute en muchos aspectos de tu coche. Ya sea en el exterior, al dañar la carrocería si es que está expuesto al sol, o bien porque en su interior hayas comido más de una vez y no se encuentre del todo limpio.
Por eso, cuando llega el calor, y pones el aire acondicionado, o el climatizador del coche, puede resultar poco agradable que haya un olor que te recuerde al queso. No obstante, debes tener en cuenta que el problema, realmente, deriva de los filtros en el sistema de aireación del vehículo. A fin de cuentas está en contacto con muchos agentes ambientales, ya sea humedad, insectos, calor, restos de suciedad… que, si ese filtro no se limpia de forma periódica, quedan atrapados en los conductos.
De ahí que provoque la situación que te parezca que se produce ese olor a queso fuerte. Aunque cuando enciendes el sistema, mientras más se vaya enfriando, menos se va a notar el olor.
Qué hacer si tu coche huele mal
Se recomienda en todo momento seguir las indicaciones de los fabricantes, es decir, cuando pases la revisión anual o hayas recorrido cierto número de kilómetros, debes cambiar el filtro de habitácuo sí o sí. Y de poco o nada sirve lavarlo (una solución casera poco recomendable), ya que el olor volverá.
Si cambiando el filtro de habitáculo, observas que el olor aún sigue, entocnes debes limpiar todos los conductos del aire acondicionado. A su vez, revisar el salpicadero arriba y abajo, y por supuesto, los conductos exteriores, incluidos los que llevan el aire frío hasta los asientos traseros (en los coches donde esto suceda).