Tanto el colector de admisión como el colector de escape son dos partes muy importantes del motor de combustión interna en todos los vehículos. Por eso, es fundamental que sepas realmente qué es debido a que muchos conductores lo desconocen y, por tanto, no son capaces de alertarse en caso de avería o síntoma de fallo.
En sí, es una pieza que no requiere de mantenimiento, pero debes acudir a un taller en caso de deteriorarse o incluso romperse para que te lo cambien por otro. Por regla general no suelen fallar: son de aluminio u otro metal resistente que no se perfora con facilidad y, como mucho, puede dañarse la junta.
En qué consiste el colector de admisión
En el motor de combustión de un vehículo, el colector de admisión se encarga de introducir el aire que interviene en la combustión. Dicho aire, cuando se mezcla con el combustible dentro del cilindro, provoca la explosión gracias a las chispas de las bujías (en caso de que el motor sea de gasolina) o por compresión (en los de gasóleo).
No obstante, debes tener en cuenta que el aire que se suministra debe ser perfecto y homogéneo, si no afectará a la potencia y, por ende, al consumo. Estas piezas suelen estar diseñadas con un interior pulido cuando se destinan a motores de alto rendimiento, permitiendo un flujo de aire más limpio y rápido, sin perturbaciones por las protuberancias de las paredes.
Mientras, en los motores de admisión de motores sin inyección directa tienen un interior rugoso, ya que permiten mayor pulverización del líquido durante la mezcla debido a las turbulencias generadas por las protuberancias.
Cómo funciona el colector de admisión
El colector de admisión tiene un funcionamiento muy sencillo, simplemente es una cámara donde viaja el aire aspirado en los motores atmosféricos o el comprimido en los turbo para luego ser introducido por la válvula de admisión.
Además, algunos sistemas suelen tener también un sensor de presión integrado para medir la presión del aire que se introduce y de ese modo controlar mejor los parámetros de funcionamiento del motor mediante la electrónica.
El colector de admisión está ubicado en la culata, fijada a ella con unos pernos y también incluyen una válvula EGR, en algunos vehículos. Y tanto su longitud como su grosor es variable en función de las necesidades de cada motor. Además, los hay de varios materiales, como los de aluminio o plástico resistentes.
Tipos de colectores
Existen dos tipos fundamentales de colector de admisión para motores de combustión:
- De flujo fijo: este tipo de colector es el tradicional, pero sólo permite altos niveles de par motor a altas o bajas revoluciones, nunca en ambas. Y es habitual en los antiguos motores con carburador o inyección monopunto.
- Admisión variable: este colector se adapta a las necesidades que el motor tiene en cada momento gracias a unas mariposas que regulan el flujo y son gestionadas electrónicamente. Este tipo de colector ofrece un rendimiento más amplio y flexible al motor. Es el habitutal en los coches modernos.
Qué averías puede presentar
Como decíamos anteriormente, es una pieza que en sí no necesita mantenimiento. En caso de tener que cambiarla, hay que hacerlo al completo. En este sentido, puedes encontrarte dos tipos de averías:
Fugas en el colector de admisión
En ocasiones se puede estropear la junta de unión entre el colector y la culata, produciéndose fugas de aire y pérdidas. Además, es frecuente que el motor genere un humo negro debido a estos problemas, por lo que se podría detectar fácilmente.
Colector de admisión roto
La otra gran avería de los colectores de admisión viene por fisuras o roturas que hacen que se escape el aire, aumentando el consumo sin causa aparente y produciendo un funcionamiento incorrecto del motor al no estar suministrando la presión de aire necesaria. Los sensores de presión también pueden detectar este problema.