Utilizar este elemento del vehículo de manera no adecuada puede suponer además una sanción económica
Entre los muchos componentes que podemos tener en el coche, uno de los más recurrentes, aunque pueda parecer que no lo es porque el coche funcionaría igual con él que sin él, es la bocina o el claxon.
Sin embargo, pese a que pueda creerse que carece de importancia no es así, puesto que es un elemento indispensable para que el coche pueda circular y es un componente que se comprueba a la hora de realizar la Inspección Técnica de Vehículos, ITV.
La importancia del claxon
Como venimos diciendo, el claxon puede parecer uno de esos elementos de menor importancia en nuestro coche, tanto, que quizá no nos lleguemos a dar cuenta de si se ha averiado. No obstante, no es así dado que es un elemento que nos permitirá indicar peligros de cualquier tipo, un accidente en la carretera o incluso nuestra posición si circulamos por zonas de baja visibilidad.
Por otra parte, cabe recordar que su utilización viene regulada por el Reglamento General de Circulación, concretamente por el artículo 110. Este artículo especifica que debe usarse para alertar de peligros. Es por ello que no debe usarse para pitar si el semáforo está en verde, si algún otro conductor ha realizado mal una maniobra e increparle, para saludar a otro coche, etc.
De hecho, estos supuestos tienen diferentes multas según cuáles realicemos mientras vamos al volante, y pese a que todos ellos conllevan una sanción económica, ninguno conlleva una pérdida de puntos en el permiso de conducir. Así pues, las sanciones que pueden ponernos por la utilización del claxon de manera incorrecta irán desde los 80 euros la más baja, que será, por ejemplo, su utilización sin motivo hasta los 200 euros, que puede ser el no circular con el claxon o hacerlo con uno que no sea reglamentario.