Algunos vehículos igual o inferior a 3.500 kg de mma (masa máxima autorizada) tienen un límite de velocidad de 90 km/h en las carreteras convencionales. Aun así, queda sujeto al titular de la vía establecer el límite hasta 100 km/h. Mientras que en autopistas y autovías el máximo son 120 km/h, según la DGT.
Reducir la velocidad es una medida que ayudaría disminuir el consumo de combustible, cuyo precio se ha disparado desde el estallido del conflicto entre Rusia y Ucrania. Es más, reducir 10 km/h en autovías, a corto plazo, podría suponer contar con un total de 290.000 barriles más de petróleo no gastados.
Aunque claro está, el ahorro dependerá del consumidor y por lo tanto de los kilómetros que recorra. Por si no lo sabías, Tráfico recuerda que pasar de 90 km/h a 120 km/h supone un incremento de consumo de hasta un 30%. Sin embargo, la velocidad no es la única variable a tener en cuenta a la hora de reducir el gasto de carburante…
Cómo reducir el consumo
Un coche puede conseguir bajar su consumo hasta un 10% con otros factores como cambiar la manera de conducir o incluso, llevar el vehículo a un taller para que lo revisen correctamente. De hecho, si eliges esta opción, puedes tener la posibilidad de eliminar de tu coche la carbonilla del motor y con esto optarás de hasta un 20% de disminución de emisiones contaminantes y hasta un 10% menos de consumo de combustible.
Qué hacer para ahorrar combustible
- Realiza una conducción responsable. Respeta las normas, evita acelerones y frenazos bruscos, y mantén una velocidad constante.
- Si estás parado durante mucho tiempo, apaga el motor.
- Reduce los desplazamientos innecesarios.
- A su vez, intenta evitar los atascos gracias a una planificación antes de un viaje. No conduzcas a horas punta para moverte por la ciudad porque te verás envuelto en paradas y arranques continuos.
- Revisa tu vehículo para contaminar y gastar menos. Una de las razones por las que se decide quitar la carbonilla del motor es porque el coche ya ha perdido potencia o emite humo negro por lo que es la opción más adecuada. Teniendo en cuenta que te ahorrarás no solo combustible sino muchas averías.
- Comprueba el estado de los neumáticos y la presión, porque también puede influir en el consumo. Tienes que ver la eficiencia del combustible, si hay algún ruido, cual puede ser su durabilidad o de qué están compuestos. Y, muy importante, cuanto más sobrepases (por arriba o por abajo) la presión recomendada, más incrementará tu consumo de carburante.
- Usar aditivos puede ayudar a reducir el consumo de combustible entre un 3 y 5%. También hay aceites con aditivos que mejoran el rendimiento de tu vehículo. Pero no debes olvidar seguir siempre las indicaciones del fabricante.