Apenas acabamos de estrenar el horario de invierno, en el que las horas de luz durante el día se reducen y aumenta la posibilidad de tener que conducir en la oscuridad. De ahí la importancia de que nuestra visión y la de nuestro coche (su sistema de iluminación y señalización) estén en condiciones óptimas.
No en vano, ponerse al volante con problemas de visión o hacerlo en condiciones de iluminación escasa o deficiente puede representar un riesgo, no solo para el conductor y los ocupantes del vehículo, sino también para el resto de usuarios de la vía.
De acuerdo con los datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), el 38% de los accidentes de tráfico con víctimas ocurren en las horas comprendidas entre las 8 de la noche y las 8 de la mañana, lo que demuestra la importancia de un correcto alumbrado y señalización en carretera durante las horas de menos luz natural, así como de una mayor atención por parte de conductor.
Consejos para conducir de noche de forma segura
De este modo, seguir algunas sencillas recomendaciones hará que nuestra conducción durante las horas de la noche sea mucho más segura ¿Qué debemos tener en cuenta?
Tu (buena) visión es fundamental
Garantizar la propia visión del conductor realizándose controles periódicos –al menos una vez al año- con un óptico-optometrista o con el oftalmólogo.
Evita también conducir con la luz del habitáculo encendida, ya que provoca un mayor contraste entre el interior y el exterior y reduce la visión.
Y también la de tu coche: comprueba el estado de las luces
Si bien los sistemas de alumbrado y señalización constituyen un punto esencial para el coche tanto en el día como en la noche, es en condiciones de oscuridad cuando se convierten en elementos clave no solo para ver sino también para permitir ser vistos por los demás.
Y más si a la menor visibilidad de la noche le sumamos condiciones meteorológicas adversas como niebla, lluvia o nieve…
De ahí la importancia del buen estado de luces de posición (delanteras y traseras), de cruce (las ‘cortas’), de carretera (las ‘largas’), las antiniebla (delantera y trasera), así como las de frenado, intermitentes o marcha atrás.
Adelanta el encendido de las las luces
Tan importante es ver como ser vistos. Por eso, si tu coche no posee luces diurnas (obligatorias desde 2012), recuerda encender el alumbrado de cruce al menos una hora antes de la puesta del sol y mantenlo hasta que haya amanecido por completo.
Cuida la limpieza de lunas y parabrisas
Para evitar reflejos que puedan suponer una distracción al volante o impidan ver algún objeto en la vía, es importante cuidar la visibilidad de los cristales frontales y traseros.
Revisa la posición de los espejos
na de las causas de los accidentes de tráfico durante la noche es el deslumbramiento, por ello se debe comprobar que los retrovisores y espejos internos estén bien colocados. En este sentido también hay que hacer un buen uso de las luces para no afectar a los demás conductores.
Aumenta tu atención en la carretera
Es un hecho que durante la noche se pierde agudeza visual y que la oscuridad disminuye el campo de visión. Por ello, es clave estar alerta y tener toda la concentración puesta sobre el coche y la vía.
Adapta tu velocidad a las condiciones de iluminación
Durante la conducción nocturna hay que adaptar la velocidad a las condiciones de iluminación de la vía y aumentar la distancia de seguridad con respecto al vehículo precedente para conseguir mayor tiempo de reacción en caso de un imprevisto.
Cuidado con la fatiga
A medida que avanza el día el cansancio comienza a sentirse más en el conductor, lo que puede afectar su capacidad de respuesta ante imprevistos que surjan en la carretera. Por ello, ante el menor síntoma de agotamiento, se debe buscar un lugar seguro para parar el coche y descansar.
Una buena iluminación aumenta nuestra seguridad en carretera, así que revisa el estado del sistema de iluminación y señalización de forma periódica y evitarás riesgos innecesarios al volante. Y para tu mayor tranquilidad, pon tu coche en manos de profesionales.