Si tu coche ha llegado, o está próximo a hacerlo, a los 100.000 kilómetros, es hora de visitar tu taller de confianza para someterlo a revisión. Recuerda que del adecuado mantenimiento de tu coche dependerá tu seguridad y la de los tuyos en carretera, tu automóvil será más eficiente -consumirá menos- y evitarás que una avería inesperada, y seguramente más cara, te sorprenda.
Elementos y componentes a revisar si tu coche llega a 100.000 km
De manera genérica, y sin atender al número de años que ha tardado tu coche en recorrer esos 100.000 kilómetros, o las recomendaciones del fabricante, tu taller revisará:
Aceite lubricante y demás fluidos
Entre ellos, el líquido refrigerante, que se recomienda cambiar, de forma genérica, cada 100.000 kilómetros o en su defecto a los 10 años desde la fecha de fabricación (cada 5 años o menos en el caso de los vehículos que no usan refrigerante orgánico).
También hay que revisar el estado del aceite del diferencial, de la caja de cambios o cambio automático (es necesario cambiarlo, al menos, cada 10 años o llegados los 100.000 km).
También hay que cambiar el líquido de la dirección asistida si tu coche no cuenta con asistencia eléctrica. Y, por supuesto, no podemos olvidarnos del líquido de frenos, que debemos revisar y cambiar cada dos años.
Elementos filtrantes
Una vez concluido el capítulo de los fluidos, llegá el momento de revisar los filtros. Entre ellos, el filtro del aceite y del aire (de motor y habitáculo), así como el filtro de combustible. También el filtro de la caja de cambios automática si tu coche cuenta con ella.
Revisión visual de componentes
Tu mecánico realizará una revisión visual de los diferentes componentes del vano motor, como las correas auxiliares, tubos y manguitos en busca de señales de desgaste o fisuras que puedan anticipar un problema. Reglaje de faros, revisión del estado de la suspensión, de las cubiertas y la batería… tu EuroTaller de confianza te ayudará a volver a la carretera con un automóvil, independientemente de su edad, en perfecto estado de mantenimiento. Para ello, como en cualquier otra revisión, se comprobará el estado de pastillas y discos de freno, bujías, calentadores o correa de distribución.