La asistencia en carretera es vital para averías en un trayecto, por ejemplo, un pinchazo. Pero, también es importante saber reaccionar y solventar los problemas si ésta no llega o se retrasa.
Un gato es una herramienta imprescindible a la hora de cambiar una rueda. Sin embargo, si se pone en el sitio incorrecto, puedes ocasionar daños en el marco del vehículo o, peor aún, causar un accidente.
Esta herramienta es capaz de levantar grandes pesos. mediante el accionamiento de una palanca o manivela, para llevar a cabo tareas como por ejemplo el cambio de una rueda.
Pueden ser mecánicos, que son aquellos cuyo funcionamiento es similar al de las palancas o tornos; o hidráulicos, que son los que se basan en el principio de Pascal, según el cual la presión ejercida sobre un sobre un fluido contenido en un recipiente cerrado se transmite con igual intensidad en todas las direcciones y en todos los puntos del fluido.
Es decir, al colocar el gato hidráulico debajo del coche y mover la palanca de arriba hacia abajo, ésta transmite la fuerza ejercida a través del fluido -generalmente aceite-, generando un movimiento del émbolo del pistón pequeño que da lugar a un movimiento del pistón de recorrido elevando así el vehículo.
Cómo usarlo
Estaciona el vehículo en una superficie plana y firme, sin gravilla o similar, para que el que el punto de levante esté nivelado con el suelo. Lo normal es que haya dos puntos de apoyo bajo el coche.
Los identificarás fácilmente porque son dos barras planas metálicas que se extienden por ambos costados del coche, situándose en paralelo con los paneles laterales (las tiras de metal o plástico que hay debajo de las puertas). De largo ocupan el espacio que hay entre las ruedas delanteras y las traseras.
En algunos casos, puede haber otros dos puntos de apoyo más, situados justo detrás de los parachoques delantero y trasero. Una vez localizado el punto de apoyo, desliza el gato debajo de él hasta tocar el coche, mueve la manivela o palanca para bombear el fluido, y continúa hasta que notes que la esquina del coche se levanta lo suficiente como para cambiar la rueda con comodidad.